Ángel Martín presenta “Punto para los locos”

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“Punto para los locos” es un monólogo muy personal y profundo, ¿qué te motivó a transformarlo en un libro y poder compartirlo con tanta gente?

Porque muchas personas salían de las funciones diciendo que se habían reído mucho, pero que les hubiera gustado rememorar algunas cosas. Recuerdo especialmente a una chica en Valladolid que vino con una libreta y tomaba notas desde la primera fila. Esa imagen me hizo reflexionar: quizá este monólogo tenía algo que podía trascender más allá del teatro. Además, como el monólogo no estará disponible en Netflix o YouTube, me pareció que el libro era una manera coherente y bonita de cerrar el ciclo, permitiendo que quienes no pudieron verlo en directo, puedan leerlo o conservarlo como recuerdo.

El libro está escrito de una manera muy directa, como si estuvieras hablándole al lector. ¿Cómo ha sido recibir el feedback de quiénes te leen?

Es una experiencia muy bonita. El monólogo en directo genera una emoción especial que va más allá de la risa. La sensación que se crea en el teatro es intensa y única, algo que rara vez he visto en otros monólogos. Creo en esta feo que yo lo diga, porque parece que esté intentando venderlo, pero solo quienes vivan las 3 funciones restantes podrán decir si estoy en lo cierto o no.

El año pasado presentaste el monólogo en el WiZink Center, un espacio que acoge a muchísimos espectadores. Ahora regresas allí para la última función del espectáculo, ¿cómo afrontas este desafío?

Estábamos acostumbrados a teatros más pequeños, donde se crea un ambiente íntimo. Lograr esa misma energía en un recinto para 12.000 personas era un reto enorme. Sin embargo, trabajamos con un equipo increíble y conseguimos que el público riera al unísono y que incluso se produjeran silencios profundos. Esa conexión fue brutal. Este año, al ser la última función y coincidir con el cierre del año, queremos dar un paso más en la puesta en escena, sin perder esa intimidad que logramos la primera vez. Y considero que hemos encontrado una idea de arranque que es una manera inolvidable de despedir el proyecto.

El título del monólogo, que también da nombre al libro Punto para los locos, es una frase que algunos de tus lectores se han tatuado. ¿Qué significa para ti y cómo refleja tu visión sobre la salud?

Surge de una anécdota que viví mientras estuve ingresado en un hospital. Creo que la frase transmite un grito de guerra, una forma de decir que, aunque hayas pasado por situaciones difíciles, no tienes por qué esconderte ni avergonzarte porque no hay nada de malo en compartirlo. Pasé por una movida que he aprendido a gestionar y salí adelante. Es una manera de afirmar que no eres menos por haber pasado por algo que te haya marcado, y que está bien hablar de ello.

¿Cómo describirías tu experiencia, especialmente desde la perspectiva actual, después de haber pasado por algo tan intenso como un brote psicótico?

Es mi experiencia, y nunca pretendo dar lecciones ni sentar cátedra sobre el tema. Dicho esto, he sido capaz de analizarlo a posteriori, después de estar bien. Cuando te ocurre algo así, tu primer impulso no es necesariamente “quiero estar bien”, sino simplemente ser funcional, sentir que aún sirves para algo. Estás tan atrapado en la desesperación que no ves salida. A medida que pasa el tiempo y te vas recuperando, puedes empezar a entender lo que ocurrió en ese momento.

¿Crees que la gente que no ha vivido algo similar puede entender completamente lo que has experimentado?

Uno de los grandes problemas es que la gente tiene dificultades para escuchar sin juzgar. Cuando alguien comparte su experiencia pueden surgir comentarios que invalidan lo que esa persona ha vivido, simplemente porque no lo han experimentado de la misma manera o no están de acuerdo. Lo que me molesta es que esas personas intentan decidir si la experiencia de otro es válida o no, cuando cada uno vive y gestiona su dolor de una forma única.

Supongo que esto, sobre todo, lo vemos en redes sociales. Mucha gente te conoce por los informativos cortos que hacías. Sin embargo, tomaste la decisión de dejarlo en noviembre. ¿Cómo crees que las redes sociales pueden afectar nuestro bienestar?

En mi caso no abandono el proyecto debido a las redes sociales, sino a Internet en general, y no tiene que ver con las críticas. Mi sensación es que Internet y las redes nos están absorbiendo mucho más de lo necesario. Creo que empezamos a perder el rumbo de qué queremos y por qué lo queremos, nos estamos desconectándonos un poco de la vida real. Siento que en algún momento se instaló la idea de que, si no estás en las redes sociales, no existes, y me parece aterrador. Lo veo en la gente alrededor mío, hemos perdido la capacidad de disfrutar del paisaje o de simplemente estar sin hacer nada.

A veces me da pena, porque pienso en mis abuelos y siento que su ritmo de vida era más tranquilo, no estaban tan apurados ni comparándose constantemente.

No estoy diciendo que el mundo de antes fuera mejor. Vivimos en un momento fascinante en cuanto a avances tecnológicos, pero también creo que antes pensábamos más en el porqué de las cosas. Ahora dejamos de resolver las emociones. Es raro, porque puedes estar discutiendo con alguien por WhatsApp mientras estás riendo con otra persona.

Volviendo un poco al libro ¿cómo crees que el humor puede ayudarnos a visibilizar los problemas de salud mental?

El humor hace que los temas complejos sean más cómodos. Cuando se introduce comedia en una conversación, puede hacer que las personas se sientan más relajadas y dispuestas a hablar sobre cosas delicadas. Eso sí, el humor debe usarse con cuidado; si se hace mal, puede ser dañino o insensible.

¿Crees que cuando se bromea sobre algo ya significa que el dolor ha desaparecido?

No necesariamente. Hay temas que siempre van a doler. Para mí, es algo muy bonito cuando alguien hace una broma sobre un tema que aún le duele, porque muestra que enfrenta el dolor de una manera genuina.

Si tuvieras que darle algún consejo a alguien que está pasando por una situación complicada y no sabe por dónde empezar a sanar, ¿qué le dirías?

Aunque no soy de dar consejos, diría que busques a alguien que haya pasado por una situación similar a la tuya y haya logrado salir adelante. Eso es lo que realmente ayuda: entender que, si alguien más lo logró, tú también puedes. Es importante leer sobre cómo salir de un problema, no solo cómo vivir con él. Busca todo lo que puedas sobre ellos: libros, charlas, entrevistas, lo que sea. No todo te servirá, pero con que te desbloquee un 15% ya es un avance.

Hablando de futuro, ¿qué proyectos tienes entre manos? ¿Qué te gustaría lograr en 2025?

Definitivamente continuaré con los podcasts que tengo en marcha y seguiré con los monólogos, que es lo que más me llena. Sin embargo, soy más de ir paso a paso. Ahora mismo, mi enfoque está en cerrar este ciclo de monólogos de forma satisfactoria, cada proyecto tiene que estar vivo hasta que realmente llegue a su final.

 

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