En el cine, hay actores que van más allá de la interpretación y consiguen que sus personajes cobren vida propia. Luis Zahera y Karra Elejalde son de esos que, con su carisma, consiguen que te encariñes, no solo de sus personajes, sino de sus personas. Y si están bajo la dirección de Albert Pintó, con un estilo muy marcado y las ideas muy claras, salen películas tan potentes como En tierra de nadie. Un thriller atípico, cargado de emoción, amistad y crítica social. En nuestra charla con ellos, nos hablan de la química que los une dentro y fuera de la pantalla, de la pasión por su oficio y del esfuerzo que hay detrás de cada escena.
Luis Zahera
Luis, ¿cómo te llega este personaje y qué te atrajo de él?
Gracias a Dios, como decía mi mamá, últimamente me llegan bastantes guiones y la historia me interesó. Además, estaba Karra Elejalde, y hablé con Albert, que me pareció maravilloso y tenía hueco para hacerlo en este frenesí que hay ahora con las plataformas y con todo. Por eso digo que, para algunos afortunados como yo a los que nos sonrió la fortuna, hacer este tipo de papeles es un placer. Un guardia civil, que es buena gente, que está enamoradísimo de su mujer, que quiere formar una familia… Es una historia de amistad y, como habitualmente no me dan este tipo de personajes, pues me interesaba mucho y tuve suerte, y lo pude disfrutar mucho.
¿Cómo ha sido el proceso de preparación del personaje?
Al final, es un trabajo de equipo. Tú tienes un guion, un director maravilloso, unas indicaciones… Al final es dejarse llevar por todo el equipo, divertirse e intentar hacerlo lo mejor posible. Además, a Karra y a Jesús ya los conocía y vuelves a ser el niño que eras, vuelves a jugar y, sinceramente, no hubo una preparación especial, más allá, claro, de estudiar al personaje e interpretarlo.
¿Cómo ha sido rodar en Cádiz, situaciones que sabemos que existen, pero no vemos tan de cerca?
Al final es nuestro trabajo, la realidad debe ser mil veces más aterradora, o yo qué sé, la realidad siempre supera la ficción. Rodar en Cádiz es maravilloso. Yo pocas veces ruedo en el sur y tuve la oportunidad de trabajar en una ciudad maravillosa. Yo creo que es una película necesaria, y yo he intentado darlo todo para que esta historia sea creíble, ya que está basada en hechos reales, y ser digno con el guion.
La película es una combinación de géneros: es un film policíaco, de acción, dramático… Albert tiene además un estilo muy propio. ¿En qué género te encuentras tú más cómodo o qué es lo que no has hecho que te gustaría hacer?
Hombre, a mí me gustaría hacer una película de amor, que son las que me gustan a mí, o un París, Texas, un Casablanca o un Encadenados, pero bueno, me gusta cualquier género. Me gustaría hacer terror, que yo no soy capaz de verlo y creo que es muy divertido de rodarlo… Esto es una profesión muy divertida. Con Albert ha sido una experiencia maravillosa porque es un director con un futuro brillante, porque rueda muy bien, es muy rápido, se explica muy bien, es muy divertido, muy cariñoso, ágil, y con una pasión extraordinaria.
Has hablado antes de las plataformas, ¿qué opinas de ellas?
Pues mira, yo cumplo ahora 60 años. Cuando veía la tele solo había dos cadenas, cuando empecé a trabajar surgió la autonómica de Galicia y, cuando llegué a Madrid, empezaron Antena 3 y Telecinco. Cuando cumplo 50 y pico años, vienen las plataformas. Es como que siempre he estado en el sitio adecuado en el momento justo. Por eso creo que soy afortunado, ya que siempre estuve ahí en la ola. Las plataformas son una revolución, es un sistema que, al parecer, viene para quedarse y para los actores, las actrices, los técnicos y los directores, pues es un momento dulce, creo yo. El cine de sala es otro tema, han cambiado los hábitos. Cuando yo era pequeño, los domingos iba al cine y estaba la sala llena.
Sabes que este cine fue uno de los puntos afectados por la DANA, ¿qué sientes al estar aquí?
Sí, y siento que tenía que estar aquí, había que estar aquí y dar la cara. Nosotros lo único que podemos hacer es entretener a la gente e intentar hacer eso después del golpe recibido en Valencia, que es inimaginable
¿Cómo surge este proyecto?
Me envió el guion mi representante, me dijo que era un thriller, y a medida que voy leyendo, me doy cuenta de que es atípico. Es un thriller donde caben las emociones, la amistad… En esta película, además, se mezclan varias cosas. Es fácil ser amigo cuando juegas en el mismo equipo, pero cuando toca no solo jugar en equipos adversarios, es muy difícil sostener esa amistad.
Además, tiene su parte de crítica social, mostrando cómo está la situación en el sur de nuestro país. Algo preocupante porque somos la puerta de Europa. Porque, aparte de las mafias de aquí, ahora han entrado de otros países. Y tienen más infraestructura que incluso los que tienen que enfrentarse a ellos. Es ficción, pero las situaciones de la película son muy reales. Y todo eso hizo que me apeteciera estar en el proyecto. Además, me gusta el cine de Albert y tenía muchas ganas de volver a trabajar con Luis y con Jesús.
Karra Elejalde
¿Cómo ha sido ese trabajo con ellos?
Luis, Jesús y yo somos amigos, no solo compañeros de trabajo. Y cuando se hacen las cosas entre amigos y hay buen rollo, todo es mucho mejor. Albert, que tiene mucha mano izquierda, nos ha dirigido con gran sutileza. Y nos ha dado leña, ¿eh? Porque ha sido una película con escenas de mucho esfuerzo.
¿Recuerdas alguna especialmente?
Sí, sí, la de las marismas, con las bolsas cargando. ¡Casi me tenían que llevar a mí cuando yo no era el herido! Dirán que es un thriller, pero para mí es una road movie a pie (se ríe).
¿La preparación del personaje ha sido muy complicada?
No, la preparación no. Si tienes un personaje histórico, lleva mucha más preparación. Pero hay otro tipo de personajes en los que te documentas para ver cómo actúan, cómo se comportan… como un yonqui, por ejemplo. Pero al final, a los personajes no llego solo yo. Hay un guionista que ha escrito el personaje, un director con quien lo hemos contrastado, un equipo de maquillaje y vestuario que también lo construyen… Es un trabajo multidisciplinar. Todos somos dueños de los personajes.
¿Y algún personaje que te gustaría hacer?
Siempre digo el mismo: El Quijote.
Karra, este es un estreno especial en Valencia, porque este cine estuvo afectado por la DANA y además refugió a más de 300 personas.
Somos de la familia del cine. A mí me dicen que la premiere es aquí y me explican los motivos: que hubo gente que se quedó aquí, que vinieron los bomberos dos veces, que el equipo, de forma voluntaria, ayudó a las personas… ¿Cómo no estar aquí? Es un acto de empatía, de cariño, de solidaridad con un cine que tiene 16 salas y que lo está llevando una familia con mucho esfuerzo. Y en un contexto de promoción, no nos cuesta tanto. Sacas tiempo de donde sea, y más para algo así.
Albert Pintó
¿Cómo surge la idea de la película En tierra de nadie, que está basada en hechos reales?
A mí esta historia me llega hace dos años. Me llama Álvaro Ariza, que es el productor de la película, y me habla de ella. El guion está escrito por Fernando Navarro, que es un guionista maravilloso. Es una película que trata sobre el conflicto en el sur de España, el narcotráfico. Y, básicamente, me atrae la idea de encontrar una película, sobre todo desde una aproximación humana.
A partir de ahí, empezamos a trabajar sobre cómo poner el foco en la relación de tres amigos que viven allí, para contar, a través de ellos, el reflejo de cómo este conflicto del narcotráfico, más allá de mover droga, también está destrozando vidas y reventando hogares, creando mucha miseria en muchas familias de puertas para dentro. Entonces, para mí, la película nace de esa intención de contar esta historia dramática desde el lado más humano. Más allá de un thriller de acción y tiros, que también está ahí, con todas las convenciones del género, me apetecía centrarme en el lado más humano.
¿Y cómo ha sido encontrarte de frente con esa realidad tan dura?
Muy duro. Yo creo que conocemos solo la punta del iceberg y sabemos poco, lo que nos llega a través de las noticias es a cuentagotas. Porque vas allí, te informas, hablas con la Guardia Civil, hablas con las familias, hablas con casos reales y te das cuenta de lo grave que es lo que está sucediendo y cómo se está montando allí abajo. Es casi una especie de Estado dentro de un Estado, una especie de microclima, microsociedad, incluso un narco-bienestar, ya que hay gente que vive alrededor de todo esto. Es preocupante, pero es una realidad. Entonces, nos apeteció contar un poco lo que está sucediendo desde este otro prisma, que creo que es una de las funciones del cine, además de entretener, intentar divulgar, concienciar y enseñar algo al espectador.
Háblanos del elenco. ¿Tenías claro desde el principio que querías que Luis, Karra y Jesús interpretaran a los protagonistas?
Sí. A mí me llega el guion y rápidamente quiero que lo hagan Luis, Karra y Jesús. Les mandamos el guion y les encanta la película. Aquí lo que hicieron fue aportar su grano de arena. Para mí había una intención real de decir: vamos a coger a Luis, que está un poco encasillado en el papel de malo, y le vamos a dar la vuelta; vamos a coger a Jesús Carroza, que es un secundario de oro en este país, y vamos a darle un papel protagonista; y vamos a coger a Karra, que viene de hacer mucha comedia, y le vamos a girar. Entonces, había una intención de contar con estos tres actores míticos para mí, que son increíbles, y jugar, porque al final hacer cine es arte y es jugar un poco. Yo me lo he pasado bomba con esta película.
¿Nos puedes contar alguna escena que recuerdes como especialmente complicada o difícil de rodar?
Bueno, el arranque de la película es muy duro porque es de noche, en un barco, con lluvia y una pelea. Solo le faltan niños y animales (se ríe). Pero sí que fue muy dura de rodar. Yo decidí rodar el 95% de la película en exteriores, y por eso creo que al final la película transmite la realidad de Cádiz, su olor y el sabor que tiene el sur. Esa luz amarillenta no es lo mismo que rodar o falsearlo en otro sitio.
Entonces, eso lo hizo muy duro porque al final rodar en localizaciones reales es complicado por la climatología y porque no tienes dónde resguardarte. Bueno, rodar en las marismas también fue complicado, porque el barro no está preparado para que la gente corra por ahí en medio. Y te ves a Karra y a Jesús corriendo entre el barro y pasándolo realmente mal todo el equipo (se ríe). Pero después sacamos unas imágenes que creo que se quedan en la retina, porque no estás acostumbrado a verlas.
¿Cómo planteas una película desde el punto de partida? ¿Qué es lo primero que haces?
Pues me llega la historia, pero la historia nunca se tiene del todo, porque ya sabes que una película sufre muchas modificaciones. Existe la película que lees, la que ruedas, la que montas, la que se vende… O sea, se ven muchas películas en una. Pero sí que es verdad que yo hago una cosa: cuando me leo por primera vez el guion, marco en él las cosas que me han impactado, que me gustan… y como vas adquiriendo vicios, me ayuda mucho tener las notas de mi primera lectura. Es una especie de primera aproximación. Después sí que me gusta ponerle cara a los actores, porque eso cambia la visión de la película. Y después empiezo con la planificación.
Yo soy de los que hacen el storyboard y la planificación de toda la película muchos meses antes de empezarla. Me hago mi cómic y visualizo la película. Eso me ayuda mucho a verla. Así que, si lo considero, hago cambios en el guion, ya que muchas veces el papel soporta una serie de cosas que no soportan las imágenes.
Tienes un estilo muy hollywoodiense. ¿Cuáles son tus referentes?
Yo me siento a veces un poco un pez fuera del agua en este país, porque me gusta hacer un cine que llamo blockbuster de autor, que es el cine con el que he crecido y que me gusta. Es Spielberg, es Nolan, es Tarantino. Es un cine que lleva a la gente a las salas, que hace que se vea en masa, pero en el que hay un punto de vista detrás de un director y un mensaje. Todas las películas que hago, intento pensar en el público: si se va a aburrir, si va a entender la historia, si tengo que masticar más o menos algo… Porque al final el público es soberano. Y la película la haces para ellos. Yo nunca he entendido el cine como algo solo para mí, para verla en mi casa, porque tú haces cine para que la gente lo vea.
¿Cómo consigues esa tensión en tus películas?
Siempre creo que es la parte más difícil de hacer una película. Lo que intento es balancear muy bien entre secuencias de tensión y otras en las que cuento quiénes son los personajes, sus miedos y preocupaciones, equilibrándolo para que la película no pare y enganche. Que exista ese balanceo entre el pulso dramático y lo que sucede en la historia. Cuando hago un guion, marco las secuencias que aportan cada cosa para estructurarlo bien.
Como director de cine, ¿qué significa para ti esta Premiere en un cine que fue afectado por la DANA?
Es muy especial. Estrenamos aquí con todo nuestro apoyo y con la intención de reabrirlo. También hay algo de reivindicar que no cierren los cines, que la gente siga yendo al cine, porque hacemos películas para cine. Verlas en una sala es algo que hay que experimentar en sociedad, con gente al lado, porque no te ríes igual solo en casa, no te asustas igual y no vibras igual. Es algo muy bonito que queremos empujar y apoyar.