La espontaneidad y sinceridad de los niños son sus mayores virtudes, pero pueden jugarnos malas pasadas a los adultos. No filtran… Hace muy poco mi nene me dijo en la consulta del médico: “mamá vamos detrás de esta ancianita”. La señora canosa, pero muy lozana ella, me dedicó una mirada asesina que todavía me estremece.
Pero para ‘tierra tragame’ el momento ascensor del mes pasado. Con dos desconocidos, mis sobrinos y mis niños. Mi hijo (5 años) le pregunta a mi sobri (6 años):
“¿El bebé no viene?”
-“Sí, le están cambiando el pañal y bajan”.
-Ahhhh… Pues mi mamá también lleva pañal”.
-“¿Sí,? Arggg. Qué asco.”.
– “Ajá. Para por la noches, por si se hace pis…”
No sabía si explicarlo, dejarlo en el aire, o salir por el techo. Cuando tienes una sombra hasta para ir al baño, aunque sea ya tarde y estés ‘en esos días’, puede pasar esto.
Hay que ir con cuidado, tienen mil ojos, nunca se sabe lo que esas pequeñas mentes pueden maquinar y soltar por su boquita. ¿Y los vuestros? ¿Qué tierra trágame os han hecho últimamente?