Hace casi una década entrevistamos al prometedor alcalde de Vilamarxant, Vicente Betoret, un joven abogado con vocación de servicio público al que se le auguraba una exitosa carrera política. Hoy, ya como diputado en las Cortes Valencianas, miembro del Comité Ejecutivo Nacional y Presidente del Partido Popular de la provincia de Valencia, cargo este último para el que se presentará a su reelección en el próximo Congreso Provincial del PP, volvemos a reunirnos con él para repasar estos frenéticos últimos ocho años de actividad política.
Tengo en mis manos el número 99 de nuestra revista de mayo de 2009, en la que usted es uno de sus protagonistas. ¿En qué ha cambiado la vida de Vicente Betoret desde entonces?
Ocho años hacen madurar a cualquiera y ocho años dedicados a la actividad pública mucho más. Estoy convencido que ha cambiado para bien. En lo personal me casé y tengo una hija maravillosa. En lo profesional continúo con una dedicación política intensa pero muy satisfactoria.
Físicamente observo que está prácticamente igual, ¿pero en qué ha cambiado como persona?
Los años te dan experiencia y te hacen conocer mejor a la gente, aunque siempre te sigues llevando algunas decepciones con personas que creías conocer pero que después te demuestran que no las conocías tanto. Por fortuna, el tiempo también te otorga la serenidad para afrontar estas circunstancias de la vida y de la política. Cuando eres joven pasas más por alto valores como la lealtad, la amistad y la familia, que con los años aprendes a valorar en su justa medida y te das cuenta que son lo único que importa.
¿Qué consejo le daría al Vicente Betoret que entrevistamos en Vilamarxant?
Francamente no le diría demasiado porque yo me considero buena persona y creo que lo que hace falta en política es precisamente eso, buenas personas con sus virtudes y sus defectos.
¿Qué se le pasa por la cabeza a un joven abogado para meterse en política y ser unos de los alcaldes más jóvenes de nuestro país?
El primer año de Universidad empecé a dedicarme a la política de manera amateur como miembro de un sindicatos de estudiantes y de ahí me afilié a Nuevas Generaciones del Partido Popular. Cuando terminé la carrera comencé a ejercer como abogado, al tiempo que continuaba con la actividad política sin ánimo de dar ningún paso adelante en ese sentido, hasta que de pronto la gente del partido en Vilamarxant me ofreció ser cabeza de lista. En un primer momento me sorprendió que pensaran en mí y después me pareció un reto muy importante y una buena experiencia teniendo en cuenta que creía que era muy complicado ganar a la primera y ser alcalde. Así que pensé que sería concejal, iría aprendiendo y tomando contacto con la Administración que era un mundo desconocido para mí hasta el momento. Tuve la fortuna de ganar, formar gobierno y comenzar una andadura política que continúa a día de hoy.
¿Cómo asume un chaval de veintipocos años la responsabilidad de toda una alcaldía?
El alcalde tiene un papel importantísimo con momento muy difíciles, pero también es una responsabilidad muy grande porque entras en contacto directo con la gente, conoces sus problemas y tratas de echarles una mano en todo lo posible. Para una persona que tiene vocación de servicio público como en mi caso, volver a casa cada día con la satisfacción de haber podido ayudar a personas que lo estaban pasando mal, te llena y satisface muchísimo. A lo que más me costó acostumbrarme fue a que todo el mundo me llamara “alcalde” y a que la policía local me saludara cada vez que se cruzaba conmigo. Con todo, guardo un recuerdo maravilloso de esa etapa y espero que así lo sientan también los vecinos de Vilamarxant.
¿Qué hitos de su carrera política destacaría?
Cuando conseguí la alcaldía de Vilamarxant en el año 1999, mi llegada a las Cortes Valencianas y en estos momentos atravieso otro momento decisivo en mi carrera política, ya que soy Presidente Provincial de mi partido y me presento a la reelección para seguir siéndolo cuatro años más.
Es cierto, se acerca el Congreso Provincial del PP y ya ha anunciado que se presenta a la reelección, ¿cómo afronta este reto?
Con mucha ilusión porque me tuve que hacer cargo del partido en un momento muy delicado, cuando habíamos perdido prácticamente todo el poder institucional; habíamos perdido la mayoría de los ayuntamientos, habíamos perdido la Diputación, habíamos perdido la Generalitat y la gente estaba con la moral por los suelos. Muchos incluso pensaban que el partido se iba a desintegrar al coincidir con unas circunstancias judiciales que todo el mundo conoce. En esa tesitura tan complicada, pensando que uno está en los cargos en las buenas pero también en las malas, con la mayor de las responsabilidades afronté una campaña electoral que resultó muy dura y también unos resultados que fueron realmente difíciles de administrar. Hicimos todo lo posible y lo imposible por tratar de mantener a la gente unida, que no comenzase a abandonar en masa o empezáramos a perjudicarnos entre nosotros mismos como muchos vaticinaban y como ha ocurrido en otros partidos.
¿Cómo ha sido el camino desde ese momento en el que parecía todo perdido hasta llegar a este punto de ilusiones renovadas?
Conseguimos algo muy difícil como fue superar la etapa el duelo, que duró prácticamente un año, y logramos ganar las elecciones de diciembre en toda la Comunidad y también en la provincia de Valencia. Más tarde llegó otro momento muy complejo como fue enero de 2016 con nuevas cuestiones judiciales importantes, que volvieron a golpear el partido y la moral de la gente. Sin embardo en junio de ese mismo año volvimos a ganar otra vez las Generales, incrementamos un escaño por la provincia de Valencia y mejoramos los resultados de mayo y diciembre. Ahora con la sensación del trabajo cumplido y de que hemos conseguido lo más difícil, me siento legitimado para volver a presentarme y liderar este proyecto cuatro años más.
¿Le molesta que se hable de otra posible candidatura?
No es que moleste porque todo el mundo tiene derecho a presentarse y es legítimo. Ahora bien, resulta difícil de entender que ahora que las cosas empiezan a ir bien, que no ha habido ningún problema con nadie y que no hay ninguna diferencia de proyectos, se hable de otras candidaturas. Nosotros tenemos algo que los demás no tienen, como es la unidad del partido y la debemos cuidar como un tesoro, porque yendo todos a una y hablando mucho entre nosotros volveremos a mejorar los resultados, recuperaremos muchos ayuntamientos, la Diputación y veremos a Isabel Bonig en la Generalitat.
Se dice que el hecho de que lo hayan incluido en el Comité Ejecutivo Nacional es un reconocimiento a su figura desde Madrid. ¿Siente el mismo respaldo a nivel autonómico?
Es cierto que nunca un presidente provincial había sido miembro del Comité Ejecutivo Nacional, así que me lo tomo como un reconocimiento al trabajo que se ha hecho en esta provincia. Lo personalizan en mí, y yo lo entiendo como un espaldarazo a todos los afiliados de esta tierra que lo han pasado mal todo este tiempo. Por parte de la presidenta regional, Isabel Bonig, también ha dicho, incluso en medios de comunicación, que apoya la continuidad de los tres presidentes regionales, por tanto me siento respaldado en ese sentido. También considero que los afiliados se sienten satisfechos con el trabajo desarrollado para salir de una situación complicada con un partido en perfecto estado de revista. Sería una pena dar al traste con todo ello por una serie de ambiciones personales.
La hemeroteca reciente e incluso su perfil personal de facebook está plagado de mensajes de apoyo de Vicente Betoret a Isabel Bonig. Desde luego usted predica con el ejemplo de unidad…
Tengo muy claro que en la Comunidad hay una líder indiscutible que se llama Isabel Bonig y la unidad que reclamo a nivel nacional, la reclamo también a nivel regional y provincial. Todos hemos apoyado a Isabel porque creemos que lo está haciendo muy bien y que va a ser una gran candidata y una magnífica presidenta de la Generalitat.
Supongo que tendrá ganas de terminar con todo esto y centrarse en temas que ha manifestado que le preocupan de verdad como el nuevo Programa Plurilingüe Dinámico.
Al final todos estos procesos internos nos deben ocupar el menor tiempo posible, porque la gente lo que espera de nosotros es que nos dediquemos a hacer oposición, que es donde los ciudadanos nos han querido posicionar, y corregir aspectos como el decreto del plurilingüísmo del actual Consell, que es una auténtica barbaridad. Es un apartheid lingüístico que castiga a todas las familias que quieren que sus hijos estudien en castellano, premiando con certificados oficiales en inglés y valencianos sólo a los que han escogido la opción de estudiar en valenciano.
Pero vais más allá en vuestra denuncia y observáis un trasfondo político. ¿Cuál es su finalidad?
Es una hoja de ruta trazada, la misma que siguió Convergència en Catalunya con el tema de la inmersión lingüística. Se ven señales casi luminosas de que se está intentando convertir la Comunidad Valenciana en algo parecido a lo que es hoy Catalunya. Se pretende que en las oposiciones el conocimiento del valenciano se convierta en un requisito indispensable; que los funcionarios contesten únicamente en valenciano y en la futura televisión valenciana se observa que ya antes de su nacimiento están copiando determinadas estructuras de la televisión catalana… en definitiva, una suma de medidas que muestran a las claras que están siguiendo la misma hoja de ruta que los independentistas catalanes, para llevarnos al mismo callejón sin salida en el que están ellos metidos.
¿Cómo consigue Vicente Betoret desconectar de tanta política?
¡Es muy complicado! Mi mujer de vez en cuando me roba el móvil para que no esté todo el día mirando noticias y dándole vueltas a la cabeza.
¿Se ha autoimpuesto alguna medida de distracción como desconectar internet o esconder el móvil?
¡Todavía no! Aunque estamos en ello. Casi todos los fines de semana tratamos de ir a Vilamarxant a ver a mis padres y desconectar un poco. En Valencia también procuro bajar a pasear tranquilamente por el río con mi mujer y mi hija y disfrutar al máximo de nuestro clima privilegiado.
No puedo cerrar la entrevista sin preguntarle por cómo sintió Vicente Betoret la pérdida de Rita Barberá, con quien estuvo codo con codo muchos años en las Cortes.
Es cierto que me senté justo a su lado muchos años en las Cortes, pero además mantenía una gran relación de amistad con ella. Fue un momento muy duro, porque más allá de la Rita política que hizo tanto por Valencia y que se convirtió en un icono a nivel nacional, yo me quedo con la Rita persona, una gran mujer con un corazón enorme, que cuando se marchó me dejó la sensación de vacío que siempre se queda cuando se pierde una amiga.
Vicente Betoret, Vicente Betoret, Vicente Betoret, Vicente Betoret