Si definimos un elemento de la novela romántica desde luego son los sentimientos. Y en eso Alice Kellen es una experta. Tímida y casi como si no fuera con ella, presenta su nuevo trabajo, La Teoría de los Archipiélagos, una historia que va de amores del pasado y de atreverse.
¿Cómo definirías La Teoría de los archipiélagos?
Es una novela corta, compacta. Más centrada en los personajes, más intima, más adulta. Trata de esos amores de verano que terminan dejando hilos sueltos, que luego acabamos buscando de nuevo. De esas historias que se quedaron abiertas, y a las que volvemos atrás para reencontrarnos con ellas.
Has comentado que esa teoría viene a decir que todos somos islas y que necesitamos de otras para subsistir, ¿Cómo surge la idea?
Yo pienso que todos somos islas, que al final llegamos a este mundo solos y nos vamos solos. Y es casi imposible llegar a conocer a otra persona, incluso a ti mismo. Pero también creo que necesitamos de otras islas para formar parte de un archipiélago. Es decir, necesitamos crear ciertos vínculos, para no estar varados en medio del océano.
Y hoy en día, a pesar de lo hiper comunicados que estamos ¿Crees que es más complicado crear esos vínculos?
Hoy en día, como dices estamos excesivamente comunicados y eso, a veces, nos hace estar más aislados de cosas más internas, más nuestras. Lo que retroalimenta la sensación de no poder comunicarte con otra persona de verdad. Y también la necesidad de decir constantemente cosas al mundo. A veces, no tenemos nada que decir. Pues no lo decimos y no pasa nada.
¿Cómo te sientes antes de que salga definitivamente cada novela? ¿Siguen revoloteando mariposas en el estómago?
Si, sin duda. Es verdad que ahora soy más consciente y es diferente a cuando empezaba. Me siento más serena, pero también da más vértigo porque tienes un compromiso con tus lectoras y si la novela no gusta, hay más en juego que al principio. Hay más presión. Y bueno, también depende de cómo me levante (se ríe)
¿Qué sientes al terminar una novela, que dejas de ti en ella, y que deja ella en ti? En esta en concreto…
He dejado el deseo de escribir algo para mí, sin saber exactamente que iba a hacer con ella, y de disfrutarla. Esta historia está descrita como muy sensorial, muy como yo la tenía en mi cabeza. Y me llevo un regalo. Porque no esperaba que viniera esta historia en este momento de mi vida. Hacía meses que no escribía nada que me motivara, y fue como volver a conectar con esa parte de mi.
¿Crees que las relaciones prohibidas son atractivas precisamente por eso? ¿Por ser prohibidas?
Bueno, al final lo que rompe un poco la monotonía de nuestro día a día, puede atraernos más, de alguna forma. En este caso, uno de los personajes está casado. Partiendo de esa base, hay alguna renuncia. A una parte o a la otra. Y ese dilema, que yo creo que es algo más cotidiano de lo que pensamos, de renunciar a toda tu vida por una persona que se cruza en tu camino y te despierta otras cosas, es complicado.
Y ahí precisamente es donde entra el miedo ¿no? A dejarse llevar, al cambio. ¿Crees que hoy en día somos más conscientes de ese miedo y tememos vivir la vida que queremos?
Claro. El miedo a renunciar a lo que tenemos también. A partir de cierta edad, en la balanza de la vida hay muchas cosas. Ya no es solo lo que sientes y tú. Luego surgen más cosas, más responsabilidades, una familia quizá, una casa, la vida laboral, el entorno… Hay tantas cosas que empieza a atarte que no es tan fácil coger una mochila e irte. Entonces en este tipo de dilemas entra mucho la parte emocional, claro, pero también la racional, que tiene también mucho valor.
¿Cómo es el proceso de construcción de personajes? ¿Sueles hacer lo mismo cada vez o vas elaborando según te vaya viniendo?
Los personajes suelen venir a mi. Los veo. Van acorde con la historia. Es decir, yo muchas veces necesito que el personaje sea de cierta manera para que la historia funcione. Van muy unidas.
¿De dónde sacas la inspiración para las historias y los personajes?
La suelo tener en la cabeza. Solo la apunto cuando es algo muy muy concreto. Solo tengo memoria para esto (se ríe). Tengo una libreta de ideas, que muchas no llegarán a materializarse nunca, pero es que a veces se combinan. Me viene una idea, la mezclo con la anterior, y de ahí puede surgir una historia.
¿Cuántas historias tienes en el cajón?
Escritas una. En la cabeza muchísimas.
Desde hace casi 10 años estás escribiendo novelas, pero hace poco comentaste en una entrevista que aún no te sentías escritora ¿Por qué?
Me cuesta, pero sobre todo quizá por el entorno. Es decir, que me lea gente cercana aún no lo llevo del todo bien. Porque al final es algo muy íntimo.
¿Qué tiene que tener una escritora de éxito?
La suerte es un factor muy importante, además, claro, del talento. Es decir que, es fundamental formarte, mejorar y seguir aprendiendo, pero a veces estar en el momento adecuado en el lugar adecuado es lo que te catapulta en todo lo creativo. Y tener una voz propia, mejor o peor, pero tuya.
¿Qué le dirías a alguien que esta empezando o que quiere ser escritora?
Que sea constante. Porque tienes más posibilidades de estar en ese lugar adecuado en ese momento adecuado si eres constante que si escribes una novela cada 20 años. Y que lea mucho de todos los géneros, no solo del suyo. Porque cada uno te puede aportar algo diferente, es decir, aunque yo escriba novela romántica, puedo aprender de la negra cómo llevar correctamente el ritmo, o cómo mantener la intriga, por ejemplo.
El género donde te sientes más cómoda es el romántico ¿no? ¿Qué elementos ha de tener una novela romántica?
Yo creo que lo que las lectoras quieren es meterse de lleno en la historia. Así que principalmente ha de transmitir y, para eso es muy importante el ritmo de una novela. Es un tipo de novela que busca la emoción, y la credibilidad. Necesita que el sentimiento traspase las páginas.
¿Te planteas escribir de otros géneros?
De otros géneros no, porque a mi me gusta escribir sobre sentimientos y emociones. Quizá no siempre escriba novela romántica, sino sentimental, intimista, pero si dentro de eso podría ser una novela más histórica, de realismo fantástico, pero no me llama la ciencia ficción o la novela negra, por ejemplo.
¿Qué diferencia hay entre Alice (escritora) y Silvia (persona)?
Al final soy la misma persona, de hecho en mi día a día, no hay diferencia alguna. Pero claro, luego llega una firma, y piensas, ¿qué ha pasado? Y eso si que es algo que me parece como súper ajeno a mi. En las giras me desdoblo mucho, y llego a mi casa agotada, y me pongo en otro modo.
¿Pensabas que llegarías hasta dónde has llegado?
Qué va. Nunca tuve esas expectativas. Además, soy la persona menos ambiciosa del mundo. De hecho, si pudiese hasta bajaba unos escalones porque quizá me sentía más cómoda.
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