Ya sabemos que reformar o rehabilitar una casa antigua no es tarea fácil. Debemos estudiar el estado actual de la vivienda, evaluar el presupuesto disponible, investigar los materiales utilizados en la construcción, cumplir con la normativa vigente y prever los riesgos de la reforma (derrumbe, electricidad, gas, humedad…)
Hay que tener en cuenta que las humedades son una patología estructural que debe solucionarse antes de ejecutar ninguna otra acción estética, y es necesario contar con la ayuda de expertos que sepan eliminar de raíz el problema que está ocasionando la humedad. Así que una reforma o rehabilitación es la mejor oportunidad para solucionar para siempre los problemas de humedades y que las manchas no reaparezcan y ensucien las paredes de tu casa reformada que, además, terminarán por afectar la salud de las personas y de la estructura del edificio.