Qué bien se está cerca del mar

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Rayos de sol incesantes doran nuestra piel, el calor se apodera de nuestro cuerpo, el termómetro marca altas temperaturas a la sombra y estar cerca del mar se nos antoja como la única solución. Llega verano y todos fantaseamos con pasar unos días en las famosísimas Islas Griegas, en la preciosa costa Amalfitana o en las increíbles calas del Mediterráneo. Porque, además de ser un atractivo turístico innegable, el mar es una fuente inagotable de beneficios para nuestra salud, en todas sus vertientes. Decía mi abuela cuando era joven que “el mar lo cura todo”, lo que no sabíamos por aquel entonces es que tenía más razón de la que pensaba.

1. El mejor skincare es en agua salada

Vemos infinidad de rutinas para el cuidado de la piel en redes sociales y leemos todos los artículos de las revistas con tal de dar con la fórmula mágica. Lo que no nos cuentan es que, en ocasiones, los entornos naturales son nuestros mejores aliados. Sumergirse en el agua marina es la clave. Esto se debe a que nos ayuda a limpiar los poros, eliminar las toxinas y regular la producción de sebo. Además, la sal posee propiedades antisépticas y antiinflamatorias. Vaya, que en el mar es fácil reducir la inflamación y agilizar la cicatrización de las imperfecciones de la piel. ¡Poder lucir una piel radiante nunca había sido tan fácil! Eso sí, que no se te olvide el uso de protección durante las largas horas de sol, es un must para estos días eternos de playa.

2. Un sistema inmunológico a prueba de -casi- cualquier cosa

Estamos de acuerdo en que los consejos populares no siempre hay que tomárselos al pie de la letra. Pero algunos funcionan, palabrita. Como por ejemplo el de que sumergirse en el océano estimula la circulación de la sangre. Esto provoca la prevención de resfriados y otras enfermedades comunes. De hecho, muchas farmacias recetan un inhalador de agua salada para la congestión nasal, algo así como si respiraras las olas. Así que, ¿qué mejor que poder sanarte mientras disfrutas de un baño y una brisa cálida? Ya te respondo yo, nada.

3. Desconexión, desintoxicación y descanso

Flotar en el agua y sentir cómo las olas te van meciendo al ritmo de la marea. Esa sensación de levitar, dejarte llevar y no sentir que la gravedad que te empuja hacia el fondo. Desde luego es uno de los momentos que más paz pueden generar en nuestro cuerpo y en nuestra mente. Nos recuerda a eso que tanto se dice de querer soñar despiertos. La relajación que experimentamos ayuda a reducir el estrés y la ansiedad y nos permite dejar la mente en blanco.

4. El ejercicio en la playa vale por dos

Pero es que no es solo el mar en sí mismo. La playa ofrece un entorno ideal para la práctica de ejercicio físico. Se nos ocurren infinidad de actividades que puedes llevas a cabo. Caminar por la orilla, estimulando la circulación sanguínea como por la arena seca, favoreciendo la musculatura. Practicar deportes como vóley-playa, jugar con las palas, atreverse con el surf y un largo etcétera.  Y si esto lo haces en una de las calas de la costa mediterránea, podrás disfrutar de unas vistas que no tienen nada que envidiar a los paisajes paradisiacos del Caribe.

5. Cualquier plan mejora cerca del mar

Los chiringuitos son esos lugares donde los pequeños placeres cobran sentido: disfrutar de una comida frente al mar, un atardecer entre copas, unas risas con amigos. Son el escenario donde cobran vida muchos de nuestros recuerdos de verano.

Vivir en Valencia nos regala la certeza de que a veces no hace falta mucho más. Qué bien se está cuando se está bien, y cuantísimo mejor si es cerca del mar.

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