Los días 20 y 21 de septiembre se convirtieron en la mejor pasarela de moda para la ciudad de Valencia, el CLEC Fashion Festival volvía con su quinta edición a la capital del Turia. Como siempre, el icónico Hemisfèric de la Ciudad de las Artes y las Ciencias fue el escenario idóneo, pero esta vez teñido de verde neón y llevando por bandera la sostenibilidad y el compromiso ambiental.
Todo este propósito se resumió en una palabra clave, “Metanoia”, un término inspirado por Carl Jung que reivindica que la moda puede ser un espacio de conciencia, introspección y transformación. Miquel Suay, director del evento, reiteró su deseo de que el festival se convirtiera en un referente dentro del sector, sobre todo sumándose al orgullo de ser Valencia la elegida como capital verde europea 2024.
No es ninguna novedad que la industria de la moda es considerada la segunda más contaminante del mundo, por eso el CLEC Fashion Festival pone de manifiesto que lejos de preocuparse solamente por la estética, también puede ser exigente con las consecuencias que supone su impacto. De forma que ese verde vibrante que se reflejaba en la pasarela 360 subrayaba con ímpetu lo que el mismo director pretendía desde el comienzo: “seguir removiendo conciencias“.
El talento que emerge
El festival abrió sus puertas con un evento especial, el Elevator Pitch, una oportunidad para nuevos diseñadores para exponer sus ideas y conectar con un público experto. La jornada inaugural contó con la presencia de diversas personalidades políticas que mostraron su respeto y apoyo a la iniciativa.
Sin duda, uno de los triunfos indiscutibles de la programación es descubrir nuevas promesas que llegan pisando fuerte y logran conquistar todas las miradas. El “Colectivo Emergentes“, formado por jóvenes diseñadores de la Generación Z, trajo una explosión de ideas y lenguajes diferentes a la pasarela. Es su capacidad de romper con las normas establecidas y la fusión entre las referencias culturales y la tecnología lo que hizo de esta muestra un despliegue de sensibilidad y contemporaneidad a partes iguales.
La moda novel
Fabiola Ricci, que con ese despliegue impecable de volúmenes y juego de transparencias demostró que arriesgar no significa perder la esencia. Andrés la Carcel se reinventó con prendas acolchadas, pelo sintético en una cazadora y una personalidad transgresora que se transmitió en sus diseños. El universo Diego de Viedma sorprendió con máscaras de gas, capas con hombreras y peinados extravagantes. Steven Vázquez presentó una línea que jugaba con los estereotipos de género con la canción de Miley Cyrus, “I can buy myself flowers”, como punto de partida. Adriana Strada apostó por la sostenibilidad y la elegancia, aunque con un toque de rebeldía. Rosa Gasset, la creadora de Devol, quiso transmitir su concepción del amor. Genis Betrian nos desafió con prendas negras exquisitas mezcladas con la cultura techno. Estructuras marcadas y correas fueron la apuesta de Samurai San, quien se encargó de cerrar el grupo de Noveles Meta y Noia.
Diseño en alza
La organización tuvo que reinventarse, debido a la cancelación del desfile que pondría fin a la primera jornada, el de la firma Lenifro. Ni la marca mostró sus diseños en el espacio Calatrava, ni Fab Morvan desfiló como se había anunciado con anterioridad. Así pues, fue la marca Modis Studio quien puso el broche de oro a un viernes lleno de moda. Lleva años demostrando que es una de las firmas más prometedoras del panorama valenciano, y esta vez no decepcionó con una colección que rendía homenaje a su abuela con un carácter disruptivo y gamberro.
Alineo Studio creó una atmósfera etérea con apliques brillantes, copas de cristal que reflectaban la luz y unas modelos con un pelo efecto mojado que recordaban a sirenas recién salidas del agua.
El toque romántico y poético vino de la mano de Bibencia, sonaba “Techo y paredes” de Valeria Castro y los estilismos se sucedían acompañados de flores. Esa colección puso sobre la mesa que “es imposible hablar de moda sin hablar de belleza, la belleza no se entiende sin hablar de amor. Y si hablamos de amor, lo hacemos del mundo entero”.
Los ya consagrados
Dolores Cortés, volvió son sus trajes de baño de diseño, sin embargo, como novedad presentó su firma LOLA con un estilo más joven y fresco.
Agatha Ruíz de la Prada puso la sonrisa, el optimismo y la fantasía a la velada. Recién llegada de la Mercedes-Benz Fashion Week, llegó al Clec Fashion Festival de Valencia con una propuesta fiel a su estilo, la diseñadora desplegó un festival de color y formas icónicas como corazones y flores.
Por último, el veterano diseñador valenciano Jaime Piquer mostró sus creaciones donde predominaron los colores, las transparencias, los volúmenes XXL y los tejidos de red. Al superponer prendas como vestidos y faldas aportó la tendencia de última hora.
El Futuro de la moda será sostenible o no será
El sábado comenzó con una charla de Tony Glenville, periodista especializado en moda, titulada “Future of Fashion Design”. Glenville explicó cómo las verdaderas tendencias son aquellas que cambian la vida de las personas y no solo las modas pasajeras. “La gente ya no busca seguir tendencias fugaces, sino llevar aquello que les queda bien y tiene un propósito”, declaró, Un enfoque atemporal que busca promover una moda más consciente.
De hecho, uno de los momentos destacados fue el desfile del “Colectivo sostenibles”, creaciones hechas a base de técnicas ecológicas y materiales sostenibles. Allí fue cuando el upcycling se convirtió en tendencia. Destacaron Gabriel Roata, quien homenajeó a figuras religiosas y artísticas del pasado y Laia Arenas que creó un universo inspirado en Alicia en el país de las maravillas.
Moda y otras artes
Si algo diferencia al CLEC Fashion Festival es encontrar el punto de unión entre la moda y otras disciplinas artísticas, creando una experiencia multidimensional para los asistentes. Este año, la danza tuvo un papel fundamental. Un espectáculo liderado por la coreógrafa Andrea Gregori narró la evolución del ser humano y su relación con la Tierra. Y una bailarina enfundada en un vestido de gasa rosa abrió el desfile de Bibencia con un baile de danza contemporánea.
La gastronomía también encontró su espacio en el festival, este año los tradicionales showcookings fueron sustituidos por una charla sobre “gastronomía sostenible”. Moderada por la periodista Almudena Ortuño, la mesa redonda contó con la participación de chefs como María José Martínez, quien enfatizó la importancia de trabajar en sintonía con la naturaleza. Otros expertos, como Carlos Prada, explicaron cómo su trabajo en KM0 Food Innovation Hub busca no solo la sostenibilidad, sino también la regeneración de ecosistemas alimentarios.
Premios CLEC Súper Star 2024
El festival culminó con la entrega de los Premios CLEC Súper Star 2024. Entre los galardonados estuvieron el escritor y periodista valenciano Máximo Huerta, quien agradeció el apoyo de estilistas y maquilladores a lo largo de su carrera, y el arquitecto Ramón Esteve, quien subrayó la importancia de la transversalidad en la arquitectura y el diseño.
El Premio a la Sostenibilidad fue para el Grupo Erum, una empresa pionera en la reutilización de residuos textiles para crear accesorios logísticos. Marta Ortiz, reconocida con el Premio al Emprendimiento Innovador, también destacó por su proyecto “Matiz Life”, una plataforma de segunda mano que ofrece prendas de lujo con descuentos importantes, promoviendo el consumo responsable en la moda. El galardón de Diseñador Emergente recayó en Isabel Jordá, gracias a su firma “Isabelle is my name”.
Así, con cerca de 2.000 asistentes y más de 250 looks presentados en pasarela, CLEC Fashion Festival terminó su quinta edición recordando que más que un evento de moda es el escenario perfecto para reconocer el talento y remover conciencias. Larga vida al CLEC.