QUIZÁS EL NOMBRE DE DUKE 103 NO LO CONOZCAS, PERO SEGURO QUE HAS VISTO EN VALENCIA ALGUNO DE SUS GRAFFITIS. SUS TRABAJOS SON ESPECTACULARES Y VERDADERAS OBRAS DE ARTE.
Duke es graffitero y tatuador. Lo primero por absoluta vocación; lo segundo un modo de seguir desarrollando su arte de un modo remunerado. El graffiti lo realiza en grandes formatos de varios pisos, en alguna pequeña pared o intervenciones de carácter divertido en mobiliario urbano como cajas eléctricas o contenedores de vidrio. Como tatuador está especializado en realismo y hay que pedir cita con varios meses de antelación. Las agendas de los artistas con talento están llenas.
Olvidar la idea del graffitero ilegal y que sale corriendo cuando llega la policía. Duke 103 es un artista reconocido. Lleva trabajando más de veinticinco años , acude a encuentros internacionales con los mejores graffiteros mundiales y es solicitado por grandes marcas comerciales a los que se permite decirles que no. Duke me recibe en su taller mientras tatúa una espalda que le llevará varias sesiones. Es simpático, locuaz y de respuesta rápida.
Eres autodidacta. ¿Cómo empezaste?
Siempre me ha gustado dibujar y hacía pinturas en mis libretas. Con 11 años vi un vídeo musical en el que estaban pintando una pared con spray. Me quedé fascinado por las dimensiones de poder dibujar en ese tamaño. Así que compré sprays y me puse a hacer graffitis sin tener ni idea, un poco loco, haciendo cosas más grandes que yo. Poco a poco me introduje en ese mundillo que me apasionaba, aprendí sus reglas y desde entonces ha sido una evolución constante.
Hace muchos años estaba muy mal visto ser graffitero, ¿Has tenido que correr mucho por delante de la policía?
Ahora todo son halagos y facilidades, y cuando hago una intervención tengo todos los permisos necesarios. Me invitan y patrocinan para que haga obras; piensa que una obra de gran tamaño necesita andamios y varios días de trabajo. Aunque claro, al principio cuando era jovencito y estaba empezando, no todo era bonito ni legal. Así que he tenido que salir corriendo más de una vez…
Tus obras están cargadas de mensaje y denuncia social ¿Qué es lo más te gusta plasmar?
Me gusta poder utilizar una pared como escaparate y dar un mensaje, que el graffiti sea un reflexión para la sociedad. La crisis ha dado temas de sobra para denunciar; la política, la corrupción, el capitalismo, la iglesia, la corona… El graffiti egocéntrico de poner sólo tu nombre no me interesa. Quiero transmitir algo más.
Tus intervenciones en street-art pintando mobiliario urbano como contenedores de vidrio también están teniendo mucha aceptación.
Sí, me fascina. Yo lo llamo Street soul. Me gusta poseer un objeto inanimado y transformarlo en un animal o un personaje. Antes se consideraban vandalismo, pero ahora me felicitan. Creo que estas acciones ponen una nota divertida y animan las calles.
¿Crees que tu trabajo está valorado?
No, el medio lo es todo. Si yo viviera en Nueva York y no en Valencia hubiera tenido un trampolín distinto. Aquí no se favorece lo diferente; mientras que allí te patrocinan, se hacen exhibiciones, dan zonas para trabajar y se promociona. Los graffiti sirven de reclamo turístico; como el caso de Banksy que se ha salido de lo convencional, se ha vendido muy bien y hoy es una figura de nivel mundial.
Sin embargo, tus obras están muy reconocidas.
Ahora estoy viviendo una maravilla, un momento muy dulce. Hay gente que entra en mi web, sigue mi trabajo, me buscan y patrocinan; pero sigo haciendo lo que me gusta. Me quiero sentir siendo libre haciendo graffiti, así que no dejo que me digan lo que tengo que hacer. Si una marca quiere que trabaje para ellos ha de ser siempre bajo mi criterio. No estoy en venta.
¿Cómo planificas tu trabajo? ¿Trabajas con boceto previo o improvisación?
Hago un primer boceto pero me encanta improvisar. El muro me inspira, el spray es muy dinámico; los colores se van cubriendo y sobre la marcha se consiguen resultados que superan a la planificación inicial. Parece una técnica compleja, pero la práctica y el tiempo hace maestros.
¿Alguna obra a la que tengas más aprecio?
Ninguna en especial. Cada obra es un sacrificio de tiempo y de dinero,algo que nadie te va a pagar; pero tiene una esencia magnífica. Me encantaría que algunas obras perduraran más y se expusieran en museos, pero también aprecio el valor de lo efímero.
¿Graffitero o tatuador?¿Cual es la técnica que te encuentras más cómodo?
Graffiti, por supuesto. No sé si es la técnica o el soporte, o que soy totalmente libre. Con el tatuaje estás más condicionado. La gente te pide retratos de familiares o animales. He hecho miles de felinos, águilas y caras; por eso cuando pinto graffitis me quiero sentir que hago lo que quiero, sin limitaciones. Y cuando me contratan sigo haciendo lo que siento. No hay condicionantes.
Vas a muchos concursos y encuentros internacionales ¿Qué te aportan esas experiencias?
¡Cuando voy allí me multiplico! Son muy divertidos y me motiva muchísimo. Siempre hago obras por encima de lo que pensaba. Estar con tantas personas que tengan tu misma filosofía hace que te exprimas al máximo.
Un sueño.
Poder vivir sin tener que obedecer.