Cuando la risa y el buen rollo se instala en una conversación, el resultado solo puede ser bueno. Y es lo que hemos vivido hablando con personas de la talla de emma suarez y gonzalo de castro, que vinieron a valencia a presentar su último trabajo, la ternura, que se estrenó el pasado 29 de septiembre en cines. Una comedia con tintes de fantasía de la que, seguro, el público saldrá con una sonrisa en la boca. La química entre ambos es perfectamente visible, gracias a que han trabajado juntos en muchas ocasiones, y su sinceridad, capacidad de reflexión, y compromiso algunas de sus virtudes. Grandes temas como el amor, la frustración, la protección a la familia y la búsqueda de libertad e individualidad son algunos de los que verá el espectador en La ternura.
La Ternura es una adaptación de una obra de teatro del dramaturgo Alfredo Sanzol ¿Cómo la definiríais vosotros?
Gonzalo: Cuando yo la vi en el teatro me quedé fascinado. Pensé que era una maravilla de obra. Es un claro homenaje a Shakespeare y a todas sus comedias, pero traído aquí, a nuestro lenguaje.
Así que no lo dudasteis a la hora de meteros en el proyecto.
Gonzalo: No, que va. Cuando me leí el guión, ni lo dudé, me daba igual el personaje, y más con los compañeros de reparto, que son amigos. Son de estos proyectos en los que es difícil decir que no.
Emma: A mí me fascinaba la idea de participar en la película. El personaje era todo un reto, con un lenguaje único, y que tiene mucho juego y muchos matices. Ha sido muy divertido. Y, por supuesto, la comunión que hicimos entre todos. Hay mucha química entre nosotros.
El trabajo con el equipo ha sido bueno entonces ¿no? Y eso es importante en una película que, en muchas ocasiones, es muy coral.
Gonzalo: Si, si. El trabajo ha sido espectacular a todos los niveles, pero es verdad que con el equipo artístico hicimos una piña muy fuerte, que iba más allá del equipo técnico.
Emma: Además, como has comentado antes fuera de “micros”, la película es una invitación a entrar en otra realidad, a entrar en una fantasía, y hacer ese viaje.
Si, de hecho, como comentábamos antes, es como meterte en un cuento, una fábula, con sus moralejas, porque la verdad es que hay bastante mensaje y muchos temas si rascas.
Emma: Es verdad, pero creo que también es un mensaje que cada espectador puede interpretar de diferente manera, y verlo desde puntos de vista diferentes, y creo que eso es muy interesante también. Gonzalo: Y contiene un tema muy universal, como es el amor. Eso lo entienden en cualquier lugar del mundo. Emma: Y la protección de tu familia, del sufrimiento, de la libertad, de las experiencias que todas las personas llevamos encima…
Y ¿cómo preparasteis vosotros este guión? ¿Cómo ha sido el proceso de preparación de vuestro personaje?
Gonzalo: Bueno, Vicente Villanueva ha hecho un trabajo maravilloso de adaptación durante cinco años, junto a Alfredo Sanzol, claro. Era un reto brutal para nosotros, y nada fácil. Pero saber que estás en un proyecto único, merece la pena.
Emma: No ha sido fácil, porque le hemos dedicado horas, pero a la vez ha sido muy satisfactorio. Porque para empaparnos de este género veíamos obras de teatro clásico adaptadas al cine, de Kenneth Branagh, las obras de Shakespeare adaptadas. Y de ahí saltábamos a los cuentos de Disney o “La muerte os sienta tan bien” (se ríe). Todo para captar esa esencia, esas imágenes. Ha sido muy divertido. Yo lo he disfrutado mucho.
El texto, además, tiene complejidad.
Emma: Claro, además de toda esa coctelera, luego tienes que memorizar un texto que, como dices, tiene miga.
Gonzalo: Por eso creo que es muy importante tener buena química, porque ahí ya tienes el 50% del trabajo hecho, porque hemos trabajado mucho juntos. Ya nos conocemos y eso facilita muchísimo nuestro trabajo, ya que los rodajes son complicados, y los actores también lo somos (se ríe).
Ya que estamos hablando de teatro, vosotros que habéis tocado todos los formatos ¿en cuál os sentís más cómodos?
Gonzalo: La verdad es que es en el teatro dónde más disfruto. Te da un vértigo que no te lo da el resto. Y la conexión con el público no tiene precio.
Emma: Pero en La Ternura el proceso de ensayos también ha sido muy teatral.
De hecho, la cuarta pared desaparece en ciertos momentos en los que miráis directamente al espectador.
Gonzalo: Si, ha sido muy gratificante, y a la vez, cuando la vimos por primera vez, nos sorprendimos porque no sabíamos qué iba a salir. Y creo que está muy por encima de la expectativa.
Emma: Bueno, si que teníamos muchas expectativas, lo que pasa es que en el rodaje tuvimos muchas vicisitudes, aventuras y desventuras (se ríe), pero todo eso también provocó que no desistiéramos, y había mucha entrega por parte de todo el equipo.
¿Qué momento del rodaje os resultó más complicado?
Emma: Pues en una de nuestras escenas con el texto más complicado, coincidió con el huracán Herminia en Canarias. Se ponía a llover, y ¡todos a refugiarnos! Paraba, y empezábamos de nuevo (se ríe). Esa escena acaba conmigo tirada en el suelo, y yo no me podía tirar al suelo porque estaba todo lleno de barro. Bueno y el calor que pasamos en República Dominicana. Con los trajes, sobre todo. Qué calor daba el manto prodigioso (más risas), y cómo pesaba. Tremendo. La humedad era horrorosa. Cuando decían ¡corten! Nos poníamos botellas de agua congeladas en las piernas, abanicos…
Gonzalo: Y no se nota nada…
Y el momento más divertido.
Emma: La orgía fue divertidísima. Yo me reí mucho.
Gonzalo: Yo me quedo también con la cena. Dos días de rodaje en 10 minutos. Maravilloso.
Además de promocionando La Ternura, ¿en qué momento profesional os encontráis ahora?
Gonzalo: Bueno, yo no me puedo quejar. Estoy con dos proyectos, con la promo de La Ternura, que esperamos que funcione muy bien. Y tengo trabajo afortunadamente, que la verdad es que con la pandemia la cosa se puso muy difícil. Ahora parece que está remontando, aunque no para todo el mundo.
Emma: Ahora estamos bien, pero vivimos siempre con la incertidumbre de lo que pasará, como en todos los sectores. Yo confío mucho en La Ternura, la verdad, porque nos hemos entregado mucho todo el equipo. Pero para eso hace falta que la gente vaya a las salas a verla, no que esté dos semanas y termine en una plataforma. Además, es una película para ver en pantalla grande.
Y al final ese es el reto actual del sector ¿no?
Emma: Exacto. Es que no tiene nada que ver. Y es diferente, no hay nada en cartelera igual. Además, es una comedia con mucho sentido del humor.
Gonzalo: Claro, y la gente tiene que ir a ver las películas a las salas. Y si son nuestras, rodadas aquí, mejor. Está bien que las salas se llenen con grandes estrenos como Barbie, por ejemplo, pero si me gustaría que la gente tuviera la valentía de apoyar nuestro cine también.
Habláis del humor, ¿cómo está la sociedad española en esta cuestión?
Gonzalo: Bueno, ahora hay una realidad terrible, la verdad. La gente lo está pasando muy mal, con una inestabilidad horrorosa.
Emma: La gente está muy susceptible en casi todo, y muy criticona, como buscando el conflicto. Pero yo creo que no podemos perder el sentido del humor, sino como te levantas cada día… Es verdad que la realidad no ayuda. No solo la falta de trabajo, sino todo lo que está pasando en el mundo: la guerra, los inmigrantes, la salud mental, la soledad, el individualismo (las redes sociales…)… Pero hay que intentar seguir adelante.
Gonzalo: Y el sentido de nuestro trabajo, al final, es que el público se ría, se distraiga y pase un buen momento con una película tierna y amable.
Las redes sociales comentáis, y la tecnología. ¿Cómo lleváis vosotros esta realidad?
Emma: Bueno, mira lo que está pasando con la Inteligencia Artificial. Es que no se hacía dónde vamos. Lo peligroso no es el avance tecnológico, sino quién maneja esos avances. Yo, por mi parte, tengo redes pero las uso más bien poco. Pero me preocupa porque creo que vamos a acabar mal de la cabeza. Hablaba de individualidad, pero es que es verdad. Ya nadie llama por teléfono…
Gonzalo: Yo no tengo ni redes sociales, ni ordenador, ni whatsapp. Volviendo a los temas de la película, se tratan ciertos clichés masculinos y femeninos.
Emma: Se trata de una parodia en la que quizá todas las personas se van a sentir identificadas, ya que hay obviedades y tópicos que todo el mundo hemos vivido alguna vez.
Emma, tu personaje es una especie de maga. Si viniera una a ofreceros un poder ¿Cuál elegiríais?
Gonzalo: Un deseo sería que todo el mundo tuviera trabajo. Un superpoder, volar (se ríe).
Emma: Yo pediría un poco de compasión y empatía. Y si pudiera tener un superpoder sería teletransportarme.