Hablar con María de los Ángeles Rozalén es trasladarte a un universo de raíces y paz. Anclada en un folklore que solo ella sabe transmitir, nos ha regalado verdaderas joyas que resuenan en nuestra cabeza y que quedarán en la memoria de todos nosotros. Con más de 100 colaboraciones a sus espaldas, y un estilo particular, Rozalén ha sabido ganarse a su público y revindicar lo injusto de la sociedad, a través de sus letras. Lleva la música tan adentro, que hasta parece cantar cuando habla, con esa emoción propia de quien ama lo que hace. Su profesión le ha llevado a lugares maravillosos y gracias a ella ha vivido cosas increíbles que nos relata con todo detalle. El 19 de julio, tendremos el lujo de tenerla en Valencia, en uno de los cinco conciertos que va a ofrecer este año, lo que convierte esta fecha en una cita indispensable para el verano valenciano.
El día 19 de julio, estarás en Valencia dando un concierto, ¿Qué podremos ver en él?
Pues mira, es uno de los pocos conciertos que vamos a dar este año, ya que solo vamos a dar cinco. Así que, sobre todo por ese motivo, va a ser muy especial. Va a estar muy enfocado a Matriz, el último disco que sacamos, aunque por supuesto habrá greatest hits. Ese trabajo es un recorrido por lo más profundo de nuestro país, canciones tradicionales, esa honra a nuestros ancestros. Y brindar por ellos. Me vais a oír cantar en otros idiomas, y ahondar en vuestro folklore y lengua.
Ese último trabajo del que nos hablas Matriz, fue muy especial para ti. ¿Es un poco un punto de inflexión?
Es algo que quería hacer desde hacía mucho tiempo. Yo vengo del folklore, claro, y he vuelto ahí de alguna forma. Hay una base de folklore en todos los discos que he hecho, pero tenía ganas de hacer algo un poco más orgánico. Y creo que es la forma más bonita de celebrar mi décimo aniversario, para darle las gracias a la gente de mi país. Yo canto mis raíces, pero ha sido alucinante cantar en otros idiomas y lo que genera en las personas. El sentido de Patria o de Matria está siendo muy bonito, por la importancia de la diversidad, de las raíces y de las lenguas. Sí, y la música nos ancla a esas raíces. Por supuesto. Al final hay mucho arraigo en casi todo lo que hacemos. Es muy importante tener claro de dónde vienes, y cuál es tu base. Y yo quiero, con la música, devolver todo lo bueno que me ha pasado.
10 años desde que empezaste, ¿pensabas que llegarías hasta aquí?
En absoluto. Que va, yo iba a ser psicóloga y estudié musicoterapia. Y por eso también yo creo que me tomo esta profesión como me la tomo. Soy muy feliz de dedicarme a lo que me dedico. Tiene ese precio a pagar, que es la exposición, pero soy una afortunada, y eso no se me olvida, porque me están pasando cosas alucinantes. Por ejemplo, el otro día grabamos en euskera con la Sinfónica de Bilbao, y eso es algo histórico, porque no lo ha hecho nadie. O en Valencia, en el último concierto de Serrat, canté con él. Son mis referencias, y ahora estoy con ellos. Eso es alucinante.
Hay temas sociales detrás de muchas canciones tuyas, como por ejemplo “La Puerta Violeta” ¿Es una responsabilidad hablar de ellos?
Sí, claro. Entiendo que, en ocasiones, se me ponga cierta etiqueta. Pero a veces se traspasan las fronteras. “La Puerta Violeta” ya no me pertenece a mí, es de la gente. Y estoy muy orgullosa de haber creado algo que para vosotros sea tan especial. Así que llevo esa etiqueta, muy contenta, pero, como dices, con responsabilidad, ya que entiendo que se espera algo solemne o trascendente de mí. Y por ejemplo, lo que estoy componiendo ahora tiene más que ver con lo simple de la vida. El amor, y la muerte. Espero que a la gente no le importe (se ríe).
Parece que hay una tendencia a que las mujeres han ido alzando más la voz en ciertas cuestiones ¿Por qué crees que es necesario?
Me parece muy importante y necesario, ya que hay gente que igual quiere dar pasos hacia atrás, entonces espero que sigamos cantando, y tenemos que estar ahí.
Has hecho varias colaboraciones ¿Alguna que recuerdes de una forma especial?
Pues es que el otro día las contaba y llevo más de 100 colaboraciones ya (se ríe). Los dúos más especiales con quizá los que he hecho con gente de mi generación, pero es cuando canto con mis maestros cuando yo alucino. Cuando canté con Joaquín Sabina casi me da un ataque, o con Serrat, o con Víctor Manuel, Jorge Drexler… He tenido la suerte de cantar con la mayoría de mis referentes. Hoy en día me sigue temblando todo cuando lo pienso, porque yo hago canciones por ellos. La fama puede salirnos cara.
¿Qué te hace volver a la realidad cuando dejas los focos?
Pues yo vivo en una casa en el campo, en la Sierra de Madrid. Y esto es lo que soy. Paso tiempo podando y trabajando en mi huerto, cocino, leo. Perderme en la montaña y la naturaleza es lo que mejor me sienta.
Cuando tienes momentos de bloqueo, ¿los superas así, con la cotidianeidad más pura?
Sí, claro. Y haciendo cosas con las manos. Cuando estoy con algún pico de ansiedad, dejo el móvil, cojo a mi perrote y camino por la montaña. Eso me aclara y despeja mucho.
Este año has estado un poco de retiro. ¿A veces en esta vida que llevamos necesitamos parar no?
Sí, es la primera vez que hago un parón de este tipo, pero estoy componiendo y trabajando en cosas nuevas
¿Dónde te gustaría tocar?
Quizá no tengo un sitio en concreto. Lo que me gustaría es llegar a cuanta más gente mejor. Me encantan los entornos naturales e históricos, a partir de ahí lo que quieras. Fue brutal tocar en el Pirineo Sur o en el Teatro Romano de Mérida.
Las redes sociales han adquirido muchísima importancia. ¿Cómo las llevas tú?
Todo en la vida puede tener dos caras. Si una las usa bien, pueden ser muy positivas, y un arma muy poderosa. Se pueden lanzar mensajes muy bonitos y necesarios que lleguen a mucha gente. Luego tienen la otra cara, que es la de las críticas destructivas, que no merecen ninguna atención, lo que es más difícil de gestionar. Pero si le damos mucha importancia, tendemos a pensar que la vida es eso, y el mundo está lleno de buenas personas que no están en eso. Y ahí es donde hemos de focalizarnos.
¿Qué le dirías a alguien que está empezando y que también quiera celebrar su décimo aniversario dedicándose a esto?
Le diría que fuera constante, perseverante y honesto u honesta. En el arte hay que mostrar lo que tu sientes y necesites contar.