“La primavera la sangre altera”, si hay un dicho que define perfectamente esta época del año es este. La primavera es la estación que más suele alterarnos y no solo por los malabarismos que hay que hacer para combinar ropa de invierno y de verano para no pasar ni frio ni calor. A medida que brotan las flores, también lo hacen las alergias, el cansando o la tan temida astenia primaveral.
Si tú también quieres escapar de todo lo malo acompáñame porque este mes de abril ¡viajamos a Praga! Esta ciudad del centro de Europa es perfecta para visitar esta temporada por su clima templado y por las múltiples posibilidades que ofrece. Te fascinará.
Empezaremos nuestra ruta con un imprescindible de la ciudad, el puente de Carlos. Esta maravilla arquitectónica tiene cientos de años, lo que lo convierte en el puente más antiguo de la República Checa. Continuamos andando y entramos de lleno en lo que se denomina la Ciudad Vieja. Una serie de estrechas callecitas nos llevarán directamente a la plaza principal de esta parte de la ciudad. Te recomiendo que una vez allí te acerques a uno de los miles de puestecitos donde venden el trdelnik, el dulce tradicional de Praga. Esta delicia con forma de cono dulce y relleno de diversos sabores hará tus delicias y te permitirá disfrutar con los cinco sentidos de esta parte de la ciudad.
Otra de las visitas imprescindibles de esta parte de la ciudad es el famoso Reloj Astronómico de Praga. Es el reloj medieval más famoso del mundo, construido en 1410, todo una auténtica joya. Si quieres completar tu experiencia, te sugiero que esperes a visitarlo en las horas puntas y veas con tus propios ojos el espectáculo que muestra su mecanismo ancestral.
Si volvemos sobre nuestros pasos a la otra parte del puente de Carlos, nos encontramos de lleno con la Ciudad Nueva. Aquí se esconde una maravilla para amantes del arte bohemio, ¿sabes de qué hablo? Del John Lennon Wall. Este muro está repleto de dibujos y grafitis que simbolizan la paz, todo un auténtico símbolo de la ciudad que impresiona a todo aquel que lo visita. Siguiendo en la Ciudad Nueva haremos un poco de ejercicio para llegar al Castillo de Praga. Te aconsejo que te calces unas buenas zapatillas deportivas para asumir la cuesta de ascenso a esta preciosidad del siglo IX. Pese a todos los incendios e invasiones a los que se ha visto sometido durante años, a día de hoy se conserva en perfecto estado y plasma el patrimonio histórico, cultural y social de la ciudad. ¡Un consejo! Desde el mirador que está frente al castillo se hacen las mejores fotografías del skyline de Praga. Si atraviesas los jardines del castillo llegarás a uno de los sitios que más me impresionaron de la ciudad, la Plaza Hradany. Este lugar, repleto de turistas, es como sacado de un buen musical. porque en cada esquina encontraras un artista tocando himnos y canciones que te emocionaran. Ademas, esta plaza es la puerta de entrada de otras maravillas como el Palacio del Arzobispo, el Palacio Thun (o Palacio Toscano) y el Palacio Schwarzenberg, una de las estructuras renacentistas más bellas de Praga, que alberga en su interior la colección de arte barroco de la Galería Nacional. Cerca de esta céntrica ubicación vale la pena visitar el Callejón del Oro, una de las calles más célebres de Praga. A parte de ser una avenida pintoresca llena de coloridos edificios pequeños, fue la residencia de famosos alquimistas escritores, entre los que se encontraba Franz Kafka, autor de “La Metamorfosis”.
Otros de los lugares que debes visitar sí o sí en Praga si te sobra tiempo son la Torre de la Pólvora, la Casa Municipal, el Barrio Judío, la Isla de Kampa o el Barrio de Malá Strana. ¡Toma nota de todo! ¿Te ha gustado este viaje? Aquí te dejo la información para viajar desde Valencia.
Para volar desde Valencia a Praga hay varias compañías que ofrecen vuelos directos. Solo necesitarás presentar tu pasaporte de vacunación con la dosis completa o una prueba PCR o test de antígenos con resultado negativo. ¡Buen viaje!