Si has ido a algun festival (que no concierto) puede que hayas visto a más de una persona llorar en los hombros de un amigo o pareja. Si es así, has descubierto un poco de la magia de estos eventos. Una magia de la que el Arenal Sound, puede presumir.
6 días de festival (en realidad 4 días fuertes) en los que las lágrimas, por una razón o por otra, han sido artistas principales en todos los escenarios del recinto. Gente que llora con o por una canción de amor, otros de desamor, de diversión, de amigos e incluso de denuncia social. En el Arenal Sound la gente se emociona, revive momentos de su vida y crea nuevos.
Calor hubo, y mucho. El tiempo no dio tregua ningún día, y los sounders decidieron soportarlo a base de Pool Stage, duchas en los camping y mucha hidratación (si bien una gran mayoría eran bebidas espirituosas). Y parece que este calor también afectó a la actuación de los asistentes que si bien pusieron todo su empeño en mantener su zona de acampada limpia, en el recinto de los conciertos, era otra cosa.
El sudor alteró humores que causaron algun que otro incidente (no grave) y contestaciones que cualquier madre habría reprendido al momento de la forma más severa posible. Lo mismo que tuvo que sudar la organización del festival ante la cantidad de gente que acudió el miércoles noche a los conciertos y que causaron la cancelación de la gran mayoría y el desalojo de los sounders por motivos de seguridad.
La lluvia (fuego en forma de gotas escasas) pareció dar a las almas que llevaban acampando todo el festival, un poco de vida. Si también es cierto que no todos pasaron calor; la zona VIP del festival se llenó de conjuntos a la moda, niños pequeños y mojitos. Padres y madres que decidieron llevar a sus hijos (una acción transgresora para muchos) al festival pero mantiéndolos a cobijo en la zona reservada para la crème de la crème. Los mojitos corrieron por todas las manos y en ocasiones por la ropa, provocando risas sonoras y chistes malos.
Haters hubieron a puñados, como en todos los lados, pero en la mayoría de los casos, de forma injustificada. El festival fue todo un éxito y los conciertos impresionantes. La puntualidad fue el plato fuerte de los 6 días y la seguridad en los mismos, impecable. Los artistas seleccionados, iban a gustos.
Sea como sea, el agua fue un elemento crucial en el festival, tanto es así que incluso en la rueda de prensa oficial, los ponentes no dejaban de beberla ante preguntas comprometidas realizadas por periodistas dispuestos a sacar cosas en claro.
Si bien el comportamiento de los sounders dejó algo que desear (no mucho), la organización del Arenal Sound intentó mejorar al máximo sus errores, unos fallos que al menos con los periodistas, no fueron tangibles. Un festival es lágrimas, lluvia y sudor de modo que el Arenal Sound obtuvo una calificación muy alta que le sitúan en la lista de festivales a visitar de nuevo en 2018 del 31 de julio al 5 de agosto. No obstante, ya se sabe que al toro por los cuernos y al hombre por el verbo, de modo que mi palabra puede verse anulada por la vuestra. ¿Estuviste en el Arenal Sound? ¿Vas a ir a la edición 2018?
*Fotografías exclusivas Nonanruiz / F.Ruiz fotografía
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