Los atracones navideños son responsables de que muchas personas quieran recuperar su peso y comenzar unos buenos hábitos alimenticios. Sin embargo, la mala praxis ante esta situación como las dietas milagro pueden causas un efecto rebote y dañar nuestra salud.
Son muchas las personas que al comenzar el año, se proponen nuevos objetivos personales, y entre ellos, una pérdida de peso o nuevos hábitos. Pero normalmente se proponen seguir alguna dieta milagro, ¡error!
Durante las últimas décadas se está viendo que este tipo de dietas, hacen aumentar de peso y crear más necesidad de ciertos alimentos prohibidos. En consecuencia, este tipo de «dietas» promueven carencias nutricionales o aumento del riesgo de sufrir complicaciones en personas con otras patologías (diabetes, hipertensión…) o causar TCA, y en muchas ocasiones, se vuelve a ganar el peso perdido.
Existen numerosos tipos de dietas milagro, como:
- Dietas hipocalóricas desequilibradas: suponen un déficit calórico extremo y síntomas como cansancio, irritabilidad, dolor de cabeza, etc.
- Dietas disociadas: dietas en las que no se pueden mezclar alimentos en la misma comida, un fundamento ilógico y sin evidencia científica.
- Dietas excluyentes: eliminan algún macronutriente y además suele ser necesario comprar productos para su seguimiento y aseguran maravillosos resultados sin esfuerzo.
- Otros: se incluyen las monodietas como la dieta de la piña o la dieta del grupo sanguíneo o la dieta alcalina, etc.
Desde el Comité de Sanidad del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunidad Valenciana, CODINUCOVA, Teresa Cercós con n.º col. CV00765 se explica que un cambio de hábitos adecuado y adaptado a cada persona sin exclusión de alimentos, a no ser que exista una patología asociada, es la mejor opción. Con un número de ingestas adecuado a cada paciente y una práctica de ejercicio físico regular que guste a cada persona, es la mejor forma de afianzar ese cambio que tanto buscamos con el PROPÓSITO DE AÑO NUEVO.