El próximo 11 de mayo, Quique San Francisco visita la Sala Ópera del Casino Cirsa Valencia. Un pedazo de cómico y actor, que lleva desde los 6 años encima del escenario, con decenas de obras de teatro, más de 70 películas, cientos de programas de televisión… Un todoterreno con un sentido del humor único como él. No hay mejor manera de celebrar el 30 aniversario de Ópera.
El día 11 llegas a Valencia para actuar en la Sala Ópera del Casino Cirsa Valencia. ¿Nos puedes contar algo del espectáculo?
Es un monólogo, pero tú quieres que te cuente qué voy a hacer y no, no, no. Te puedo decir que son monólogos donde hablo de cosas existenciales, experiencias de tipo personal, de las mujeres que es lo que más me gusta… Ya lo verás.
¿Son guiones nuevos?
Sí, yo siempre voy renovando, porque es el público el que te enseña y tengo la suerte de ir probando con ellos. Porque el público no es gili…. Los gili son los que se creen que cuando no hay buena respuesta, la culpa es de la gente que no lo ha entendido.
Angel Martín, que actuó el mes pasado, me decía exactamente lo mismo…
Claro. Que el público es gili.., que no lo pilla… no, no. El único gili aquí eres tú. Pero bueno, cada uno que haga lo que quiera. Los monólogos parece que no, pero son muy difíciles de hacer. Si lo haces bien es muy, muy agradecido pero si lo haces mal es patético. No hay medias tintas.
Si no se ríen se debe pasar mal.
Mi clave de humor no es para que estén todo el rato partiéndose, prefiero hacerles pensar. Pero cuando lo haces mal, la verdad que el resultado es horrible, ver al público que lo está pasando mal es espantoso.
A ti no te habrá pasado, ¿verdad?
No, no, a mí no. Afortunadamente toco madera porque tengo esa suerte, o lo he hecho bien, pero debe ser horrible.
¿Has estado en la sala donde actúas antes?
No he estado todavía. Sé que es el 30 aniversario del Casino Cirsa Valencia, pero prefiero no entrar en las salas de juego a ver si me voy a poner a jugar al Póker en lugar de actuar.
Eres un actor polifacético: Cine, teatro, tele… ¿Con qué te quedas?
Teatro, sin duda. Llevo más de 70 películas, programas ya no lo sé, 30 ó 40 obras… Pero lo que más me gusta es el teatro. El cine lo que tiene es que si haces una mierda se queda para siempre. En el teatro el público se va, no vuelve y no lo ves más. Pero lo mejor que hay es tener el público enfrente, no tiene nada que ver.
¿Qué personaje aún no has interpretado y te gustaría?
Me gustaría hacer un clásico. Pero claro, ahora está difícil. Con el palo que nos ha dado el señor Montoro. Ahora hacer una función que tenga más de tres personajes, con decorados y tal es inviable. Si el empresario tiene que dar un 20% a Hacienda pues no le compensa. Para trabajar para Hacienda, o ganar 300 euros lo dejamos. Ese es el problema.
¿Qué solución tendría?
Pues es difícil, nuestro trabajo pertenece a la industria del ocio. Yo no soy de derechas, ni de izquierdas ni de nada, pero cuando se hizo la huelga de actores en el año setenta y pico, Franco dijo que se la sudaba. Que a él lo que le preocuparía es que hubiera una huelga del pan, pero que si los actores no queríamos ir a trabajar porque no tenían ni día de descanso, que nos apañáramos.
¿Con quién te gustaría trabajar si te queda alguien?
He trabajado con todos los grandes. Me gustaría trabajar con alguien que sea bueno, que lo haga mejor que yo y así aprender. Pero eso está complicado, no porque yo sea una maravilla, pero después de trabajar con Fernando Fernán Gómez, por ejemplo, se aprende mucho.
Hemos entrevistado también a Jorge Sanz y nos comentaba que en la Alfombra Roja los vestidos son prestados, es decir que no es oro lo que reluce en este mundo.
¡Hombre, Jorgito! Totalmente de acuerdo. Las alfombras rojas, sobretodo últimamente dejan que desear. Yo lo que le pediría a los actores, cuando usan los Goya para hacer política, que en vez de ser actores que se metan a políticos. El cine es algo que debemos respetar y si tu utilizas unos premios para hacer un mitin populista, me parece un espectáculo francamente lamentable. Por eso yo ya no voy la verdad. Soy miembro de la Academia, estuve nominado dos veces y tuve la suerte que se lo llevó Fernán Gómez, que es todo un honor. Pero ahora ver los Goya es algo patético para mi gusto. Han convertido los Goya en un panfleto.
Haciendo amigos… Además de Jorge, que acabamos de nombrar, ¿tienes muchos amigos artistas?
No creas que muchos, soy más de tener un amigo que trabaja en la ferretería. Jorge, Resines y dos o tres más son íntimos y, además, los quiero muchísimo.
Y vivías con Antonio Flores. ¡Guardarás grandes recuerdos!
Sí, qué me vas a contar. Estuve cuatro años con su hermana Rosario, era su marido ya, desgraciadamente para ella (risas). Pero me quiere un huevo, no hay problema.
Antonio era un ser maravilloso, lo suyo fue un desastre. No se pudo hacer nada, lo intentamos, pero… Yo también me comí esa mierda un tiempo, pero de otra manera. Tú ya sabes que en los 80 descubrimos muy tarde que el papel de plata servía también para envolver bocadillos. De todo se aprende, afortunadamente estoy aquí.
¿Es verdad que Lola Flores te llamaba ‘poco cocido’?
¡Jajajaja! Cuando me conoció le dijo a su hija “¿Pero dónde vas con ese chico que está sin cocer?” Luego nos llevábamos muy bien, ha sido la suegra que más he querido y ella también me quería un huevo. Le decía a Rosario: “¡Qué feo es y qué blanco está y que poco me prueba la comida!”