SANTO CORONADO
En una sociedad donde todos somos fotógrafos con nuestros smartphones, el valor de una imagen profesional sobresale por encima de la mediocridad y la inmediatez. Santo Coronado es fotógrafo y artista digital, y al ver sus fotografías te das cuenta de la importancia de trabajar junto a un experto.
Santo Coronado no hace fotos, las crea.
¿Cómo empiezas en el mundo de la fotografía?
Mi pasión por los videojuegos me lleva a aprender los programas de edición fotográfica como Photoshop, Premiere y After Effects de la mano de Jorge Mochón. Más tarde decido pulir técnicas con Raul Colomer en Primer-frame, la escuela de animación.
Descubro a través de la post-producción el matte painting y creo vídeo montajes en video-juegos. Posteriormente paso de una pequeña Olympus compacta a mi primera Canon réflex digital que aprendo a usar de forma manual.
Entro entonces en un mundo que me apasiona. Ya no es ser un fotógrafo, es captar un espacio o un momento y a partir de ahí crear la imagen en mi ordenador.
¿Cuándo das el salto a la fotografía profesional?
Hay dos personas que influyen mucho en mi carrera. Tesa Arranz, musa de los 80, protagonista de la Movida Madrileña que me descubre y muestra un especial interés por mi trabajo y Oscar Alcalá, fotógrafo de las revistas Interviú y Man, al que le empiezo a hacer la post-producción y retoque en sus fotografías.
A partir de ese momento convierto la fotografía y la edición digital en mi pasión y en mi profesión.
¿Qué tipo de fotos haces?
Trabajo para distintos tipos de clientes. Hago fotografía de producto, publicidad, books, cámara fija en cine, teatro o moda; aunque me satisface mucho cuando hago fotografía artística o retratos. Me apasionan los artistas por su forma de plasmar emociones; me interesan las personas, captar sus expresiones, su mirada y su alma.
¿Dónde disfrutas más? ¿Con la cámara en la mano o delante del ordenador?
Me siento más artista digital. Yo creo que los fotógrafos que nos dedicamos al arte digital desarrollamos mucho la mirada. Nos fijamos en los detalles imperceptibles para los demás. Cada imagen es un mundo, la saboreo y las disfruto inmensamente, mientras la creo puedo pasar horas frente a la pantalla sintiendo, plasmando y fluyendo.
¿Cuantos disparos puedes hacer en una sesión?
El número es muy variable. Puedo hacer desde 50 fotos hasta 900, depende de la finalidad que busque. En la última sesión para un cliente de ropa deportiva hice 800 fotos de las que sólo utilizamos 5. Voy buscando la perfección en lo que hago.
¿Y cuales son tus referencias?
El ser autodidacta me ha llevado a tener pocas influencias de otros fotógrafos o artistas. Me siento yo mismo y plasmo lo que yo veo, mi criterio estético. De mi nacen cosas, de mi propia inspiración. Pero me gustan las fotografías con fuerza, con contraste y texturas donde jugando con las luces creo mi propio estilo cinema.
¿Dónde está el limite cuando se retoca la imagen con Photoshop?
Puedes hacer un retoque sutil, casi imperceptible o completamente quirúrgico. Photoshop me permite mejorar la belleza natural de una persona quitando una mancha, eliminando un granito o una cicatriz y mejorar la piel.
Los artistas con solera me piden dejarlos sin arrugas y sin manchas; pero se corre el riesgo de quedarse planos. Para que eso no ocurra, debo trabajar mucho las luces y crear sombras. Aunque por supuesto, todos somos vanidosos y nos gusta vernos guapos.
¿Cómo te ayudan las redes sociales a divulgar tu trabajo?
Es un refuerzo importante, pero sin lugar a dudas la forma mas correcta de hacer llegar la calidad de mi trabajo es el boca a boca y los contactos. Estar en lugar preciso en el momento adecuado, creer en el destino y una gran dosis de fe.
Realizas composiciones con varias fotos. ¿Qué pretendes contar en ellas?
Cuento historias, expreso sentimientos y emociones; en algunas ocasiones sobre mis vivencias y en otras tantas la magia de un instante o simplemente son producto de mi imaginación.
En el mundo actual selfie donde todos somos fotógrafos ¿Qué puede aportar un profesional? ¿Crees que se ha desvirtuado el valor de una buena imagen?
No se pueden comparar ambas imágenes. Un selfie aporta inmediatez, frescura, la fugacidad de un momento; nada que ver con una fotografía cuidada en el disparo y en la edición. Es como comparar ropa de mercado y de alta costura. Las dos sirven para vestirse, pero es la mediocridad frente a la excelencia.
Cuando uno ama lo que hace y ademas le pone pasión su capacidad de crecer, mejorar y seguir creando, nunca se acaba… te transformas en fuente de inspiración.
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