El dramaturgo y director de teatro Claudio Tolcachir presenta la obra el Tercer Cuerpo en el Teatro Talia de Valencia una obra marcada por la cotidianidad de los dilemas personales y un sinfín de intentos fallidos por escapar de ellos, que estará en cartel hasta el 9 de octubre. Protagonizada por Carlos Blanco, Natalia Verbeke, Carmen Ruiz, Nuria Herrero y Gerardo Otero, cuenta la historia haciendo uso de un único decorado, sin luces ni música, y una puesta en escena pura y cruda cuyo peso recae plenamente sobre la espalda de cada uno de los actores. Tercer Cuerpo guiará al espectador a través de un viaje protagonizado por la tragedia, el humor negro y muchas decisiones sin sentido.
Una oficina destartalada, la casa de una pareja, un bar y un consultorio médico, cuatro espacios diferentes a los que los actores teletransportarán al espectador a través de emociones, una tarea complicada dado el decorado inamovible que los actores confiesan “inicialmente desconcertante” para el público. Se trata de una invitación al espectador a sentirse comprendido al presentar una serie de problemas como la vergüenza a confesar los miedos y a mostrarse como uno mismo, al rechazo o al no saber qué hacer cuando tus respuestas a determinadas situaciones no son suficiente.
Solos y desgraciados es como los cinco protagonistas de esta historia se sienten a raíz de la ausencia de comunicación entre ellos, entre otras cosas, no solo por la faceta atemporal de la obra (en la que, por ejemplo, no existen móviles) sino por el hecho de estar “diariamente con alguien y desconocer totalmente su vida”, según ha comentado Verbeke.
Los actores han comentado que han vivido una evolución en sus personajes a medida que han ido repitiendo la obra. “Como una semilla que al final florece”, en palabras de Tolcachir, han notado un crecimiento en sus personajes, desde las interpretaciones en Madrid hasta ahora, y achacan esto en gran parte a la visión del director, que les empujaba a meterse dentro del papel y hacerlo suyo.
Nuria Herrero, cuyo personaje está atrapada en una relación no recíproca, y Natalia Verbeke, que interpreta a una mujer con el deseo de ser madre pero cuyas decisiones tomadas para llegar a cumplirlo son equivocadas, han concedido a Hello Valencia una entrevista en la que cuentan su experiencia en el Tercer Cuerpo, con el director y en su carrera profesional en general.
ENTREVISTA
El tema de los escenarios es muy novedoso, entiendo que desde el punto de vista del espectador al final te coges, pero ¿y desde vuestro punto de vista?
Natalia: Desde el punto interpretativo es en un segundo. En mi caso pasa de estar en un estado de ánimo a uno completamente distinto, algo muy complicado porque en un segundo tengo que estar en otra situación completamente distinta. De hecho hay un momento de la función donde mi personaje pasa de estar haciendo una de las escenas más divertidas de la función -la de la carta- a romperse en pedazos en el consultorio médico, pero en cuestión de segundos. No hay tiempo para concentrase, simplemente ocurre.
¿Y a ti Nuria?
Nuria: A mí no. A diferencia de Natalia, yo estoy todo el rato en el mismo espacio, entonces no tengo que ir modificando tanto. Lo que sí es complicado es que Claudio no me saca de escena, de normal te vas. Yo estoy por ahí pululando por mi casa mientras tengo unos fantasmas que están hablando, lo que quizás para mantener la concentración me puede costar más. Pero a diferencia de ella (Natalia), que sí que va cambiando de espacio, yo estoy todo el rato en la casa menos al final, que me voy y luego vuelvo, y entonces si que hago ese cambio de espacio.
Y ¿como es trabajar con Claudio? era un sueño ¿no?
Natalia: En mi caso si. De hecho, cuando vi La omisión de la familia Coleman decidí que quería hacer teatro. Yo estudié siempre con el deseo de hacer cine y fue viendo una obra de Tolcachir que mezcla ese mundo tan cinematográfico en el teatro cuando quise trabajar con él porque era un teatro con el que me sentía identificada, sin nada de artificio.
Es una persona muy creativa, ¿no?
Nuria: Y muy de entrañas. Tiene también un detector de la mentira porque al final yo creo que los actores tenemos nuestros truquitos, tú llegas a un casting y quieres resolver, sabes lo que te funciona y lo que no. Claudio enseguida te lo cala y te hace despojarte de todo eso y te empuja a meterte en el fango, te desnuda. Es todo muy puro.
Habéis comentado en la rueda de prensa que saca lo mejor de cada uno…
Nuria: Yo por ejemplo lo conocí en Nueva York. Me fui a hacer un curso a una escuela y me enteré de que hacía un curso de tres días, me apunté y me enamoré locamente. Me dejé la otra escuela y se me quedó ahí como una fantasía. Hace un año me dijeron que venía Timbre 4 a montar una escuela en Madrid y me apunté corriendo. Hace 10 años de ese curso y me cambió todo, me explota el cerebro cada vez que trabajo con él.
Aprendéis mucho al final con personas así, ¿no?
Natalia: Además se nota mucho que es actor por cómo comprende tu dificultad, cómo guiarte, cómo sabe cuál es tu dificultad y por dónde te puede llevar para encontrar otra cosa.
Natalia, tu has hecho muchas cosas: cine, tele… ¿te decantarías por algo?
Natalia: Es muy difícil porque cada sector tiene su aquel. Todo tiene su dificultad y todo tiene su goce también. El aplauso del público no lo tiene le cine, el vivir en el aquí y el ahora, y eso es muy mágico. El nervio que se pasa aquí no se pasa en tele ni en cine. Cada cosa es tan distinta que es muy difícil poder elegir.
Nuria, en tu caso has hecho menos teatro, ¿cómo te sientes encima de un escenario?
Natalia: Ella parece que ha nacido en un escenario (se rie).
Nuria: Si, es lo que más me gusta porque yo empecé haciendo teatro alternativo en la Sala Inestable, aquí en Valencia. Entonces para mí depende mucho del personaje, de la compañía, de la función… pero donde más cómoda me siento es con el teatro. Luego también el audiovisual tiene la magia de ver algo que pasó hace 10 años, el teatro en cambio se queda ahí en el aire.
¿Y que sientes al estar aquí en el Talia, en tu casa?
Nuria: Pues imagínate, he venido tantas veces… hace dos semanas estuve aquí de público. Cuando estudiaba en la Escuela del Actor venía con los compis. Es un teatro que vengo mucho y me gusta especialmente, más con estos compis, este director, esta obra… Jamás habría pensado cuando estudiaba que acabaría yo aquí con la señorita Natalia Verbeke haciendo el Tercer Cuerpo…
¿Y os seguís poniendo nerviosas?
Natalia: ¡Hombre claro! Todos los días. Hay distintas intensidades obviamente pero, por ejemplo, no es lo mismo haber estado dos meses en Madrid, donde la haces cada día y ya el cuerpo se va acostumbrando, que de repente haber parado y volver a hacerla. Tiene mucho, no tanto que ver con el sitio, sino con la repetición. Cada día uno se despierta diferente y pasan cosas diferentes que pueden afectar a tu interpretación.
Yo quería preguntaros sobre el papel de la mujer en las artes escénicas en general. ¿Creéis que ha habido una evolución?
Nuria: Sí, queda mucho, pero si que ha habido.
Natalia: Ha cambiado mucho, además, desde hace un tiempo hay un movimiento que se le da más valor a la figura femenina y reconocimiento, cosa que tiene que continuar y seguir creciendo, pero es un paso adelante super importante. Pero tenemos que seguir avanzando, porque aún queda mucho.
Sobre todo en el tipo de papeles, ¿no?
Natalia: Sí, en el tipo de papeles e incluso en la mirada. Ahora hay más directoras contando historias…
Nuria: Más guionistas…
Natalia: Al fin y al cabo el mayor público que hay es femenino y eso hay que tenerlo en cuenta (se rie)
¿Qué papel os gustaría hacer?
Nuria: Yo sueño con que Claudio me dirija haciendo de Lady Macbeth, siempre se lo digo.
Natalia: A mí me habría gustado Satine en Moulin Rouge pero ya se me fue la edad. Pero te digo una cosa, ese sería el papel que me hubiera gustado hacer, pero si me preguntas cuál me gustaría en un futuro no tengo ni idea porque depende de cómo esté escrito, quién lo dirija, qué compañeros tienes…
Nuria: Claro claro, yo Lady Macbeth sólo si me dirige Claudio.
Natalia: Es que en el teatro ocurre una cosa, porque en el cine y en la tele son cosas que ocurren en un momento, terminan y ya no las vuelves a ver, pero en el teatro es importante con quién trabajas porque es mucho tiempo en el mismo espacio y son giras conviviendo, comiendo, en el desayuno… entonces tienes que estar agusto, sino es muy complicado.