El jamón ibérico es uno de los productos más identificativos de la gastronomía española. Muchos españoles todavía tienen dudas en cuanto a identificar y conocer las cualidades de este producto. Desde Jamones Enrique García nos comparten información más completa para que los españoles puedan conocer mejor este producto.
La gastronomía española es una de las mejores del mundo, y es que nuestros platos están llenos de sabores increíbles, que son capaces de contentar el paladar de cualquiera. El jamón ibérico es uno de los manjares más conocidos en todo el mundo e identificativo de nuestra gastronomía, pero ¿somos realmente capaces los españoles de reconocer un jamón ibérico? Dentro de los jamones existen otros tipos muy similares de aspecto y que muchas veces puede llevar a confusión, como el serrano, que son muy similares de aspecto, pero con muchas diferencias en cuanto a sabor y elaboración.
“La característica principal que nos permite diferenciar al jamón ibérico del resto es la raza del
cerdo del que procede. La raza ibérica es propia de nuestro país y tiene unas cualidades gracias
a las cuales podemos obtener embutidos ibéricos con sabores únicos” afirman desde Jamones
Enrique García. Pero una vez en el lineal de las tiendas o del supermercado vemos todos estos tipos de jamón y podemos confundirlos, incluso si alguien nos preguntara sobre este producto tan identificativo de nuestro país, nos daríamos cuenta de que, en la mayoría de los casos, no
sabemos el porqué de su valor. Y es que, que el jamón ibérico sea uno de nuestros bienes más preciados no es casualidad. Se trata de un producto que conlleva una elaboración artesanal, que, en el caso de Jamones Enrique García, deriva de las tradiciones familiares de hace más de 100 años, en donde se trabaja y se cuida desde las condiciones de bienestar de los animales, como su alimentación, como todos los procesos artesanales para poder ofrecer productos de alta calidad y sabores increíbles.
Estas son algunas de las características del jamón ibérico:
El jamón ibérico lleva un proceso de elaboración artesanal, cuidando nuestra tradición,
mientras que la mayoría del serrano no.
La alimentación y el estilo de vida del cerdo ibérico está más cuidado y controlado para
respetar la carne y su sabor.