Mayo es un mes ideal para hacer una escapada por nuestro país. Alargan más los días, suele hacer buen tiempo, y tenemos muchas opciones para pasar un par de días perfectos. Si hablamos de ciudades imprescindibles en España, sin duda, una de ellas es Segovia. Sus imponentes monumentos históricos, gastronomía autóctona y su casco histórico la convierten en un destino único que no te defraudará.
Dos días son suficientes para conocer bien la ciudad y disfrutar de sus encantos. Aunque si tienes alguno más, sería genial para conocer algún pueblo más de la zona. Como Pedraza, por ejemplo, que es uno de los pueblos más bonitos de Castilla y León.
Si piensas en Segovia, seguro que te viene a la mente su famoso acueducto romano, uno de los mejor conservados y una auténtica obra de ingeniería. Una de sus características principales es que los bloques de granito que componen su arquería no están unidos por ningún tipo de argamasa. Sino que se sostienen por el peso de unos sobre los otros. Este impresionante monumento parte a la ciudad en dos, y es una de las estampas más características de la ciudad.
Para ver esta maravilla desde otro punto de vista, el Mirador del Postigo del Consuelo. Perfecto para disfrutar de toda su grandeza, y de unas vistas espectaculares.
Otra de las cosas imprescindibles de la ciudad es su impresionante Catedral, una obra maestra del gótico, que se erige imponente en el centro de la misma. Su inmensidad, que apenas alcanza la vista, te dejará sin palabras. Puedes subir a la torre para disfrutar de unas vistas únicas de La Plaza Mayor de Segovia. Allí se sitúa, además de La Casa Consistorial y el teatro Juan Bravo.
Cerca de la Plaza Mayor se encuentra La Casa de los Picos que, como su nombre indica, es famosa por su fachada llena de más de 600 picos de granito. Otra de las iglesias que no puedes perderte son la Iglesia de San Millán, de estilo mudéjar y situada en el barrio de San Millán, y la Iglesia de San Martín, situada en la popular plaza Juan Bravo.
Caminar hasta el Alcázar, un castillo medieval que se alza sobre un acantilado con vistas al río Eresma, es el plan perfecto para desconectar y disfrutar del entorno natural y jardines que lo rodean. Puedes explorar sus torres y salas decoradas para empaparte de historia. Desde allí podemos ver la Iglesia de Vera Cruz, en el barrio de San Marcos, situada fuera de la parte antigua de la ciudad.
Y si a la historia nos referimos, otra de las cosas que debes hacer en la ciudad es perderte por las calles de su Barrio Judío. Te transportarán a la Segovia de la época medieval, recorriendo sus estrechas calles y encantadoras plazas.
Una de las imágenes más bonitas y en la que podrás observar la silueta de Segovia es acercarte al Mirador de la Piedad, con una pequeña ermita blanca. Y pasear por sus murallas y miradores es un imprescindible. Los más famosos son el mirador de la Hontanilla, el de la Muralla, el del Museo de Segovia, el de la Canaleja o el mirador plaza Reina Victoria Eugenia.
Además podrás atravesar una de las tres puertas de la muralla que se conservan hoy en día. Como la Puerta de San Andrés, situada en la parte sur y que cuenta con dos torres a las que se puede acceder.
A las orillas del río Eresma se encuentra el Museo Real de la Casa de la Moneda, un edificio industrial antiguo donde se muestran los orígenes de la moneda y su proceso de estampación.
Si vas a Segovia, hay platos de su gastronomía que debes probar, como el cochinillo asado, uno de los más emblemáticos de la región. En definitiva, escaparse a Segovia dos o tres días es un planazo para este mes de mayo. ¡Disfrútalo!