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Ayer y Hoy de Valencia Por Rafael Brines Lorente
Foto: Studio fotográfico Sanchis 1901 / www.estudiofotograficosanchis1901.es
{ EN LA ALAMEDA {
LA FERIA DE JULIO,
la juventud actual le costará entenderlo. Pero visaban en el terreno de los jardines laterales.
hasta la segunda mitad del siglo XX –ya avan- Pero, además de los pabellones de bailes familiares y sociales,
zada- la Feria de Julio se encontraba en el Pa- había dos motivos muy especiales en la Feria de Julio. Por
seo de la Alameda, que en la segunda quincena una parte, en el comienzo del Paseo, en la zona próxima a
A de ese mes quedaba cortada al tráfico rodado Viveros, había un recinto con filas de sillas y escenario, donde
para permitir el esparcimiento, sobre todo nocturno, de se ejercitaban para el público los bailes regionales. Pero, al
los valencianos. otro lado de la Alameda, entrando por la plaza de Zaragoza,
había más temprano una feria infantil y juvenil, con tiro al
Nació esta Feria, de promoción municipal, hace más de cien blanco, con autos de choque, con columpios, etcétera… Es
años, y el motivo era evitar que nuestros paisanos adelanta- decir: que había para todos.
ran las vacaciones marchando a los chalets y residencias en
pueblos próximos; así, se quedaban en Valencia. Y, al final del mes, aquello cambiaba una tarde; porque todo
el paseo –lo que dejaban libre los pabellones- quedaba des-
El motivo más llamativo de la Feria de Julio eran los “pabe- pejado, con unos asientos en los leterales ajardinados, para
llones”, siendo los más conocidos los del Ayuntamiento y ver desfilar la “Batalla de Flores”, en la que no sólo interve-
del Casino de Agricultura, que por las noches celebraban nían “los” y “las” que desfilaban, sino que los espectadores
espléndidas verbenas a las que acudían, sobre todo, familias competían animadamente intercambiando flores que se
completas. Orquestas comenzaban muy pronto –después de lanzaban.
la cena, claro- a animar a los asistentes, que bailaban hasta
la madrugada. Fueron unos años apoteósicos. Pero tuvieron que acabarse,
La Alameda hacía falta para la circulación, porque el parque
Pero pronto hubo más pabellones, de menor envergadura. móvil de los valencianos había crecido en exceso. Y, además,
Las casas regionales ya comenzaron sobre la década de los muchos más que antes tenían sus chalets próximos o hacían
años cincuenta a montar sus espacios para socios e invitados, turismo veraniego aún antes de agosto. Y desaparecieron los
que igualmente disfrutaban del baile y, como era habitual, paradores y solamente se aprovechó la Alameda, a final de
terminando de morder las “panochas” que habían adquirido mes, para la pelea floral tan divertida.
a la llegada, bien en el puente o en los puestos que se impro- ¡Recuerdos…!
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