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macabro suceso, eran desvalijados allí mismo.
Los pobres infelices no se percataban de lo inusual de la
escena encontrada al entrar en la barbería debido a que,
por aquel entonces, encontrar sangre en el cuarto de un
barbero era del todo normal, ya que estos se dedicaban
tanto a recortar barbas como a la extracción de los
dientes, los tratamientos con sanguijuelas, la operación
de forúnculos, etc.
Pero no terminaba aquí el macabro suceso, sino que
el pobre moribundo espirando su último aliento de
vida, podía contemplar como era transportado al local
contiguo, donde el vecino involucrado en los hechos,
regentaba una pastelería y hacía las veces de carnicero
para hacer de la propia víctima relleno de carne para
sus pasteles.
La pastelería, como ocurría con todos los negocios de
alimentación de la época, despedía un aroma apetitoso y
sugerente ,que para cualquier goloso valenciano lograba
despertar sus mas básicos instintos de alimentación. De
esta manera y por este camino, era como los clientes
de la barbería se convertían en ingredientes de la
pastelería, desembocando en los paladares de mas de
un valenciano.
El bibliófilo y escritor valenciano Rafael Solaz descubre él
mismo un anecdotario de la ciudad de Valencia de título
“Cosas particulares, usos y costumbres de la ciudad de
Valencia desde 1800 a 1873”, cuyo autor y cronista Pau
Carsi y Gil hace la siguiente afirmación:
“En la calle de Cerrajeros, entrando por la de San Vicente
a la derecha sobre la mitad de la calle, hay como un
corral que tiene puerta a la calle, entrando por allí se
sale a una taberna que hay en la de la Pelleria, que todo
forma una casa. Encima de esta puerta del corral hay
tres cabezas de hombre, de piedra de las que se cuenta
que en otros tiempos había una barbería y que los que
entraban a afeitarse los mataban y robaban, y otros
añaden que en la otra casa había una pastelería y metían
en los pasteles carne humana de los que mataban. Esto Quizá os suene la historia y la relacionáis con el
fue un hecho verdadero.” famoso relato ingles conocido como “Sweeney
Todd, el barbero diabólico de Flett Street”, llevando
De aquella construcción que hablaba el cronista Pau a la gran pantalla como protagonista a Johnny Deep.
Carsi y Gil, no queda prácticamente nada, ni la taberna, Las dos versiones, la valenciana y la londinense. son
ni la barbería, ni el corral y mucho menos la casa con prácticamente coetáneas, pero con una diferencia muy
“tres cabezas en la puerta”, pero si se sabe que cerca importante. Parece ser que mientras el barbero de Flett
de la localización de la antigua y tétrica barbería, estaría Street fue solo una leyenda, el barbero de la calle de
junto a ella el desaparecido cementerio de San Martin, el Cerrajeros existió, pues así nos lo cuenta el cronista Pau
cual se situaba a la izquierda entrando por San Vicente. Casi y Gil haciendo la siguiente afirmación: “Esto fue un
hecho verdadero”.
Para más señas y para los más curiosos se debe tener
en cuenta el paso del tiempo y con ello el cambio de Y ahora, caballero, dígame… ¿Qué estilo de barba
los nombres de las calles protagonistas de esta macabra prefiere….o tal vez…prefiere un rasurado?
historia. La calle Cerrajeros ha pasado a denominarse
Calle dels Mayans y la calle Pelleria es ahora la callede www.hellovalencia.es/el-barbero-barbaro-de-valencia
los Derechos.
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