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PERFILES






           Lila

           Albanozzo

           Empresaria de retail


              Nuestra ropa no va a cambiar el mun-
              do. Las mujeres que la llevan, sí”. Este
           “es el empoderador lema con el que se
           presenta Il Baco da Seta, la boutique que
           capitanea  Lila Albanozzo. Hablamos
           con ella en pleno viaje a Roma. Esta tro-
           tamundos recaló en Valencia, ciudad en
           la que abrió su primer taller de costura
           en 1985. Esa mujer emprendedora un día
           había sido una niña que hacía vestidos a
           sus muñecas Barbie. “Como anécdota,
           te diré que volví a vestir a mi ídolo de
           la infancia en colaboración con el joye-
           ro artesano  Vicente Gracia por del 35
           aniversario de Barbie, que se celebró en
           Barcelona”, rememora.  Hoy su negocio
           crece y crece. Le acompaña su hijo, Mi-
           quele, con quien trabaja en su e-commer-
           ce y con quien supervisó la exclusiva en el
           mercado español del bolso Save my bag
           durante cuatro años. Si echa la vista atrás,
           tiene motivos por los que sentirse orgu-
           llosa laboralmente hablando. “No suelo
           mirar el pasado, pero me alegro de que,
           después de tantos años, sigamos sien-
           do uno de los referentes de la moda en
           Valencia. Con el traslado de la tienda de
           la Plaza del Patriarca a la calle Isabel la
           Católica, conseguimos un espacio mucho
           más amplio, acogedor y ganamos en vi-
           sibilidad. Desde luego, este cambio mar-
           có un antes y un después”, concede. Sin
           embargo, nunca se ha conformado. “Me
           ayudó mucho  a cambiar mi  forma de
           pensar el curso que hice con Dora de Te-
           resa. Su programa potenció mis aptitudes
           de emprendedora y me quito el miedo a
           arriesgar”.
           En su espacio de trabajo, suena música
           clásica. Especialmente, La traviata, pues
           la ópera de Giuseppe Verdi es de sus fa-
           voritas.  Esa  faceta  calmada  es  necesaria
           como contrapunto a su inquietud como
           mujer de negocios. “Intento meditar
           unos 15 minutos todos los días. Me ayu-
           da a mejorar la concentración”, recono-
           ce. Aunque ver a su nieto Matteo, de 14
           meses, también es un gran bálsamo. “Me
           tiene enamorada”, comparte generosa.
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